Nació en un banco y vuelve a otro. El mural de Urbano Lugrís, popularmente conocido como Vista de A Coruña 1669, se exhibe de nuevo al público en la sede de Abanca de la calle Olmos. Tras el intenso proceso de restauración al que la entidad la había sometido durante los últimos meses, la obra del artista coruñés regresa a una institución financiera, cerrando así el círculo que inició con su creación en 1952 en el Banco Hispano- Suízo. Para acompañar la reparación, la empresa ha articulado una muestra en torno a la figura del pintor. Lugrís, paredes soñadas abrirá sus puertas a partir de este viernes en Afundación, donde exhibirá ante los visitantes un repaso de 106 obras por el trabajo del coruñés como decorador de espacios.

"El mural ha sido la excusa perfecta para reivindicar a Lugrís como artista fundamental del panorama gallego", dijo el vicepresidente de la entidad, Juan Carlos Escotet, en el acto de presentación de la exposición, añadiendo que de no haber realizado el proyecto, "la pintura habría seguido apagándose". Para evitarlo, la obra fue trasladada en 7 bloques desde el antiguo local del café Vecchio a su nuevo hogar en AbancaAbanca. Allí se puso en manos de Arteca, la empresa responsable de la restauración, que enfrentó y solventó varios de los problemas del mural, como la baja calidad de la pintura empleada, que ponía en riesgo la fijación de la obra.

Ya reparada y protegida con varias capas de barniz, la pieza acapara ahora el protagonismo más absoluto en la entrada de la que se espera que sea su ubicación definitiva. Y también lo hace en Afundación. Entre las obras de la muestra, expuestas por primera vez como parte de un espacio concreto y procedentes tanto de la colección de Abanca y Afundación como de otras instituciones públicas y privadas, la entidad financiera ha querido compartir el estudio realizado sobre varios aspectos del mural. Fotografías de los distintos locales que habitó a lo largo del tiempo y una comparativa de la pieza con la de Baldi, conviven junto a obras destacadas, como la serie de El Retablo del Descubrimiento; la pieza Paisaje Metafísico, y un gran guiño tecnológico: la recreación 3D de la Capela dos Santos Reis de Bueu, que permite observar, con la ayuda de unas gafas de realidad virtual, 3 de las 4 obras que el artista realizó en el edificio, y que se encuentran actualmente desaparecidas.