César Maurín, jefe de área de Asuntos Industriales e Innovación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), habla en esta entrevista del plan de digitalización que promueve la patronal española.

-¿En qué consiste?

-Es un plan para la digitalización de la sociedad española que hemos elaborado en el seno de la Comisión de Sociedad Digital de CEOE, que preside Julio Linares y que se basa en tres pilares básicos; innovación, emprendimiento y educación. Para ello tenemos la propuesta de un pacto de estado para la digitalización, que entendemos que tiene que ser coordinado por el Ministerio de Agenda Digital, pero que tiene que ser supervisado por un organismo con carácter transversal. Nuestra principal preocupación es que vemos que este tema no está en la agenda política del Gobierno.

-¿Qué nos jugamos?

-Los análisis que hemos realizado señalan que si la digitalización de España aumentase en un 10%, en el año 2020 conseguiríamos que nuestro PIB fuera 3,2 puntos superior a lo que podría ser sin ese incremento. Eso supone 35.000 millones de euros.

-¿Y puestos de trabajo?

-Conseguiríamos para 2020 un incremento del 1,3% en la tasa de empleo; unos 250.000 empleos netos adicionales.

-¿Cómo está España respecto a otros países del entorno?

-No estamos al nivel que deberíamos por la importancia de nuestra economía, que es de las diez mayores del mundo. Deberíamos de estar entre los 15 primeros países en digitalización del mundo, pero estamos muy alejados, en el puesto 35, por eso nuestro objetivo es estar entre los 20 primeros en 2020 y entre los 10 primeros de Europa, donde ahora somos el 14.

-¿Hay diferencias entre unas partes de España y otras?

-No hemos hecho análisis regionales. En la sociedad, por otro lado, existe una brecha digital. Hay más de ocho millones de españoles que no tienen acceso a internet, lo que provoca desigualdad y falta de oportunidades.

-¿Y el nivel de las empresas españolas respecto a las de otras europeas?

-Hay empresas muy competitivas, con un alto grado de digitalización, que son importantes en el contexto internacional. Pero España tiene un importantísimo porcentaje de pymes y micropymes, que es donde encontramos las mayores carencias tecnológicas.

-¿Les dificulta competir a esas empresas?

-Por supuesto. La utilización intensiva de tecnologías es un factor clave de competitividad. No sólo abogamos en el plan por la digitalización, sino también porque la innovación sea uno de los pilares de la política económica del Gobierno. Hay un objetivo en la estrategia estatal de ciencia, tecnología e innovación, que es alcanzar en 2020 el 2% del PIB de gasto en I+D y entendemos que eso es prácticamente imposible de alcanzar, porque estamos en el 1,23%.

-¿Cómo lograrlo?

-El Gobierno nos dice que quiere llegar a ese objetivo pero a costa del sector privado. Y para que el sector privado realice ese esfuerzo, necesita un marco favorable. Igual que pasa para atraer la inversión extranjera, también los empresarios españoles necesitan un marco que propicie la innovación, el gasto en I+D y el gasto en tecnología.

-¿Incentivos económicos?

-No solo. De lo que se trata fundamentalmente es de establecer las condiciones más favorables para que una empresa pueda desarrollar la actividad económica. Esto implica la reducción de cargas burocráticas y de la cantidad ingente de normas que hay que seguir en España para realizar cualquier tipo de actividad económica. Todo eso merma la competitividad.

-Hablemos de educación.

-Es preciso fomentar las capacidades en ciencia, ingenierías y matemáticas. Esas capacidades se deben potenciar en la educación para que esa fuerza laboral sea luego absorbida por las empresas. Hemos detectado que en el año 2020 va a haber una carencia importante de profesionales cualificados.

-¿Por qué ciencia, ingenierías y matemáticas?

-Porque entendemos que ese tipo de estudios son los que más se van a adaptar a trabajos que todavía no existen pero que se van a crear. La evolución de la tecnología es tan rápida que no sabemos si las carreras que se están estudiando actualmente van a servir para trabajos del futuro.

-¿Qué sectores van a ser los más afectados por ese cambio?

-Existe una transversalidad absoluta. La digitalización va a afectar a todos los sectores.

-Hable de la industria 4.0.

-Es la aplicación de las tecnologías de los habilitadores digitales a la industria. Instrumentos para que mejoren sus procesos y sean más competitivas.

-¿A qué nivel estamos?

-Queda camino por recorrer. La Secretaría General de Industria y de la Pyme ha desarrollado un proyecto para tratar de incorporar estas tecnologías a sectores piloto, para que luego sean trasladables al resto de sectores.

-¿Cuáles son los riesgos de la digitalización?

-El riesgo es que los trabajadores no se adapten. A todos los trabajadores debemos de darles una solución, pero no debemos dejar de invertir en el futuro.

-¿Y el espionaje industrial?

-La seguridad y la confianza que en el caso de los servicios financieros es fundamental. La ciberseguridad es algo en lo que las empresas deben invertir. Otro asunto importante es el tratamiento de los datos, por las exigencias normativas.

-¿Qué cambios vamos a ver en la vida cotidiana?

-Hace quince años un teléfono móvil era casi ciencia ficción y ahora toda nuestra vida gira en torno a los móviles. La tecnología ha cambiado la forma de relacionarnos y de trabajar. Y va a cambiar en el futuro la forma de transporte. También la forma de comunicarnos y de hacer negocios. Va a cambiar, pero no sabemos exactamente cómo.