La CUP presentó su cartel para el referéndum del día 1 de octubre, donde quieren que los catalanes decidan si independencia o no. La idea del cartel, clásica de la cartelería revolucionaria, removió la corrala mediática y conmovió las tertulias del país que se apresuraron a señalar el ADN soviético del pasquín, con sobreactuaciones o aspavientos de escandalizados. Efectivamente, en el cartel de la CUP aparece una mujer, posiblemente la república catalana, barriendo el suelo del mapa catalán de lo que ellos, parece, consideran basura: la monarquía, el españolismo, el capitalismo, el nacional-catolicismo y la corrupción. Y allá van, barridos, el Rey, la infanta Cristina y Rajoy, pero también Jordi Pujol y Artur Mas. Parecido al cartel originario soviético que presenta a Lenin barriendo del globo terráqueo al capital, la religión y la aristocracia. El escándalo se convierte en cabreo catalanista cuando la derecha catalana aprecia como también es barrido el mismísimo Artur Mas, no se sabe bien si representando a la corrupción del tres por cent o a los lacayos del capital, o a las dos cosas. Destacando el origen soviético de la idea se trata de descalificar de raíz la iniciativa. Para algunos catalanistas de pro también descalifica el pasquín por su origen foráneo o extranjero, además de comunista. Pero en esto se equivocan porque, aunque la idea gráfica es leninista y rusa, la propuesta de limpieza y barrido es muy catalana de Dios, pero que muy catalana. De hecho, ya en la década de los sesenta del siglo pasado un grupo de rock tan catalán como los Sirex nos cantaban La escoba, uno de sus mayores éxitos y con claras connotaciones políticas, si bien entre líneas, como tan obligado era en aquellos tiempos. Recuerden si no:

Si yo tuviera una escoba

cuantas cosas barrería.

Primero,

barrería yo el dinero,

que es la causa y el motivo

ay, de tanto desespero.

Segundo,

barrería bien profundo,

todas cuantas cosas sucias

se ven por los bajos mundos.

Todos sabíamos a qué se referían los Sirex con lo que había que barrer y fíjense, amables lectores: "Dinero y cosas sucias". Ya ven: un cartel, puede que muy soviético, pero también muy catalán y, sobre todo? ¡tan de actualidad!