Pediatra en el Hospital Internacional Medimar, participa en el proyecto Gestionando Hijos en talleres para padres en Madrid y Barcelona y es colaboradora habitual en Saber Vivir en TVE. Lucía Galán ha publicado en la Editorial Planeta los libros Lo mejor de nuestras vidas (2016), con 10 ediciones vendidas y Eres una madre maravillosa en 2017, que lleva ya cuatro ediciones.

- ¿Por qué nos obsesiona tanto a los padres que nuestros hijos coman... y en cantidad?

-Pues no lo sé muy bien. Cuando los padres acuden a consulta diciendo que sus hijos no comen nada, tras explorar al niño y comprobar que tiene un peso, una talla y un desarrollo adecuado para su edad y tras hacerle una encuesta dietética donde podremos saber qué come exactamente, yo suelo decirles: "María no es que no coma nada, es que no come las cantidades que a ti te gustaría que comiera, que es muy diferente". Y se ríen... Detrás de un padre o una madre que dice que su hijo no come, suele haber un niño sano y feliz.

- ¿Qué consejos les da a los padres en este sentido?

-Los niños pasan por muchas fases a lo largo de su crecimiento. El secreto radica en dar ejemplo, en ofrecer comidas apetecibles, por supuesto saludables, en no caer en el aburrimiento, en insistir a su lado y con ellos de una forma cordial y tranquila, en respetar gustos y ofrecer alternativas y en no convertir la hora de la comida en una batalla campal.

- ¿Qué les han hecho las verduras a los niños? ¿Por qué es tan difícil conseguir que las coman?

-Yo no lo veo tan difícil. Depende mucho de los hábitos que haya en casa. Si papá y mamá comen verdura a diario tanto a la comida como a la cena los niños lo vivirán como algo absolutamente normal. Creo que el problema está en que la mayoría de los adultos no comen las cinco raciones de fruta y verdura que deberíamos comer.

- Las cifras dicen que ya hay un 30% de niños con problemas de peso, ¿qué hacemos mal?

-Exceso de proteínas en los primeros años de vida, exceso de azúcares a cualquier edad (cereales de desayuno, galletas, zumos, batidos, postres lácteos, dulces, snacks, comida rápida, bollería...) sedentarismo en los mayorcitos, malos hábitos, falta de ejemplo en casa, industria alimentaria muy poderosa y muy presente en los supermercados y falta de percepción de que la obesidad y el sobrepeso es un problema de salud a corto y a largo plazo. Son muchos los factores.

- ¿Parte de la culpa no la tiene una industria de alimentación que a todo le añade azúcar?

-Sin duda, buena parte sí, de ahí la importancia de informar a las familias porque ellos al fin y al cabo son los que toman la decisión última de lo que entra en su despensa y lo que no. En la consulta del pediatra deberíamos hablar mucho más de alimentación infantil, la desinformación es patente, los mensajes contradictorios y los perjudicados, los niños.

- Es conocido su activismo en las redes en contra de los antivacunas, ¿llegan a su consulta muchos padres dispuestos a no vacunar a sus hijos?

-No, muchos no, afortunadamente. Pocos, muy pocos. España goza de unas de las tasas de vacunación más altas de Europa, debemos sentirnos orgullosos.

- ¿Qué argumentos manejan?

-Miedo a las reacciones adversas, miedo al mercurio cuando nuestras vacunas no llevan mercurio, falsas creencias que relacionan autismo con vacunas, teorías conspiranoicas de la industria farmacéutica y los propios médicos y desinformación, mucha desinformación.

- ¿Cómo combate usted estas ideas?

-Con mucha paciencia. Escuchando cada uno de sus argumentos y ofreciéndome para responder todas y cada una de sus dudas. No atacando. Intentando ponerme en su lugar para encontrar una explicación lógica que justifique sus argumentos y desde ese lugar intentar llevarle a mi terreno visita tras visita; ganarme su confianza y la de su familia con el paso del tiempo a medida que me vayan trayendo a su hijo y les vaya solucionando los distintos problemas que sin duda se irá presentando y si veo que algún miembro de su familia empieza a estar más receptivo, centrarme en él.

- ¿Sería partidaria de introducir algún tipo de medida legal contra estos padres?

-Es un tema complejo. En España dadas nuestras altas tasas vacunales somos muchos los que pensamos que obligando a los padres a vacunar podría generar un efecto rebote de rechazo ante tal imposición. Creo que nuestro país no está en ese punto aunque por supuesto si los datos de no vacunados o epidemias se dispararan como así ha ocurrido en Italia, Francia o Alemania, habría que tomar medidas mayores, sin ninguna duda. De momento yo abogo por seguir informando de la manera en la que lo estamos haciendo vigilando siempre lo que ocurre en los países vecinos por si tuviésemos que valorar otras posibilidades.