José Miguel Morales es Enfermero de Práctica Avanzada (EPA) y ha sido ponente esta semana pasada del I Congreso Internacional de Investigación e Innovación en Cuidados. Defiende "absolutamente" que el Sistema Nacional de Salud "resitúe" su centro desde los hospitales de agudos hasta la Atención Primaria para cuidar mejor a su población más envejecida.

- ¿Qué es un Enfermero de Práctica Avanzada?

-Es un profesional de enfermería que asume unas competencias mayores que las tradicionales de las enfermeras para cubrir nuevas necesidades de salud o escasez de recursos en entornos rurales. Pondré un ejemplo fácil de comprender. Se demuestra que con cribados poblacionales se reduce la mortalidad por cáncer de colon en un 30%. Pero no hay suficientes profesionales para hacer los test de sangre en heces o las colonoscopias posteriores. Se trata de formar a enfermeras para que ayuden en esa tarea y un mayor número de personas se beneficien de estas detecciones precoces.

- ¿No es una invasión de las competencias de los médicos?

-No. Esta figura está ya muy desarrollada desde hace décadas en países anglosajones como el Reino Unido, Canadá o Estados Unidos, donde se implantó de forma muy reglada. Las profesionales debían tener un nivel de acreditación reconocido por el servicio de salud para el que trabajaban. Como un máster, por ejemplo.

- ¿Qué hace la enfermera gestora de casos?

-Gestiona una atención más eficaz y racional de los pacientes que son grandes dependientes.

- Defíname un paciente gran dependiente.

-Una persona mayor, de entre 75 y 80 años, con varias patologías. Un paciente que es carne de urgencias y que previsiblemente fallecerá en este servicio dentro de cuatro o cinco años.

- ¿Y qué hace la enfermera gestora de casos con él?

-Muchas cosas. Le puede reducir la medicación porque puede estar tomando hasta catorce fármacos recetados por tres especialistas diferentes y puede que algunos de ellos sean incompatibles entre sí. Puede evitar que se le hagan tres TAC prescritos por otros tantos profesionales. Puede visitar su domicilio y enviarle después a los servicios sociales para que le arreglen la bañera y se evite de esta manera que se caiga y se rompa la cadera.

- ¿Cuántas enfermeras hay en España?

-Unas 300.000, se trata de una de las ratios más bajas de Europa.

- ¿Qué consecuencias provoca esta falta de enfermeras?

-Está demostrado que la falta de enfermeras dispara la mortalidad en el sistema sanitario. En el caso de los hospitales, hay estudios que demuestran que por cada paciente que añades a una enfermera por encima del ratio considerado ideal, una enfermera por cada seis o siete pacientes, la mortalidad aumenta entre un 7% y un 8%. Y en el caso de unidades de cuidados intensivos, un 9%.

- ¿De dónde saca estas cifras?

-De un estudio realizado sobre 400.000 personas en nueve países europeos, entre ellos España. Y el mismo patrón se reproduce en todos ellos, independientemente del modelo sanitario que tengan. Cuando sobrecargas a las enfermeras se dispara la mortalidad.

- ¿Cuál es la ratio ideal?

-En una hospitalización general la proporción ideal es de una enfermera por cada seis o siete pacientes. En un servicio crítico, de una por cada uno o dos pacientes, que más que un ratio es un seguro de vida. Por eso se tiene que producir un cambio de mentalidad y dejar de considerar la contratación de enfermeras como un gasto y pasar a verlo como una inversión en seguridad. Un paciente mayor de 65 años con una insuficiencia cardiaca tiene un 30% más de posibilidades de sobrevivir si está a cargo de una enfermera de práctica avanzada.

- La población envejece y lo hace con achaques. ¿Ha llegado el momento de cambiar un modelo sanitario centrado en los hospitales de agudos?

-Sí, absolutamente. O lo cambiamos o la sociedad nos lo cambia. Este sistema fracasa y hay que resituar el centro del sistema sanitario en la Atención Primaria. La población, más que intervenciones puntuales sustentadas en las tecnologías más avanzadas, necesita cuidados. Y la principal proveedora de cuidados en el Sistema Nacional de Salud es la enfermera.

- ¿Cómo se puede humanizar la sanidad?

-Dándole la importancia que tiene al paciente y a su estado anímico. Consiguiendo que sea una asignatura con el mismo peso que otras durante la formación de médicos y enfermeras. Estableciendo indicadores de evaluación de humanización en los diferentes servicios similares a los contratos-programa y, por último, implantando una toma de decisiones compartida. Darle al paciente la opción de aplicar sus valores y sus preferencias. Que se acabe el rol en el que el médico decide y el paciente obedece. Y se ha visto que actuar así aumenta la adherencia a los tratamientos.

- ¿Hay buen traslado de la investigación a la práctica clínica?

-El conocimiento que hay ahora en Ciencias de la Salud es galáctico, pero no se traslada adecuadamente a la práctica asistencial. Todavía hay médicos que actúan más conforme a su experiencia que a la evidencia científica. Por eso existe una corriente de desinversión sanitaria que preconiza dejar de hacer cosas de dudosa efectividad para hacer cosas efectivas.