Antonio Sánchez Díaz fue nombrado hace un año director general de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado, un organismo público adscrito a Hacienda que cuenta con una plantilla de 857 empleados con la misión de prestar asistencia sanitaria y social a un millón y medio de funcionarios.

-Muface tiene un modelo de colaboración público-privado y según la memoria del año pasado, el 80% de los beneficiarios utilizaron las aseguradoras privadas y solo el 19% el sistema sanitario público. ¿Por qué cree que hay esa preferencia por la privada?

-El de Muface es un modelo consolidado de colaboración público-privada comprometido con una asistencia sanitaria de calidad, cuya principal característica quizá sea permitir a nuestros funcionarios elegir la entidad médica, pública o privada, a través de la cual desean recibir la asistencia sanitaria. Aparte de poder elegir entre sanidad pública o privada, dentro de esta última, el mutualista tiene libre elección de facultativo, dentro de la cartera ofertada por la entidad concertada de su elección. Otro factor determinante es la rapidez. La colaboración con la sanidad privada permite a los mutualistas acceder a los servicios de atención especializada sin pasar por los servicios de primaria. La amplia oferta de facultativos, la prontitud en la entrega de los resultados de pruebas diagnósticas y la ausencia de listas de espera son claves a la hora de elegir la entidad sanitaria.

-El envejecimiento de la población es una de las principales preocupaciones en el conjunto del país y en algunas autonomías en particular. ¿Cómo afronta Muface ese reto?

-El nuevo concierto 2018-2019 incluye técnicas novedosas (cirugía robotizada y radioterapia intraoperatoria); se amplía la cobertura asistencial de los recién nacidos hasta el alta hospitalaria; también se amplía la cobertura odontológica de gastos de ortodoncia para niños entre 6 y 15 años; se incorporan mejoras en cuidados paliativos y en terapias respiratorias; y, entre otras, se garantiza la continuidad asistencial durante toda la duración del concierto en casos de diálisis. Por último, destacaría por su importancia cualitativa la extensión de las urgencias hospitalarias a zonas de poca población en las que no existen hospitales privados concertados.

-Tienen programas específicos de mayores. ¿Puede resumir las líneas principales?

-Aunque Muface no es un organismo centrado en la atención a mayores, como el Imserso, sí dispone de algunos programas que benefician a este colectivo. El nuevo convenio sanitario prevé incentivos específicos para favorecer que las entidades se esmeren en el trato a nuestros mayores, al tiempo que establece penalizaciones para eventuales casos en que se les pudiera mover al cambio de entidad para evitar el coste de su tratamiento. Además, estamos impulsando convenios con colegios profesionales con incentivos específicos para mayores. También cabe mencionar que Muface tiene establecido, entre sus prestaciones sociales, un subsidio por jubilación forzosa por edad o incapacidad permanente y ayudas para estancias temporales en residencias o en centros de día.

-También figura en sus programas atención a la dependencia y la discapacidad. ¿Qué demanda tienen?

-Actualmente son las comunidades autónomas quienes asumen la cobertura de las ayudas a la dependencia. No obstante, la Mutualidad mantiene ayudas a aquellos mutualistas que aún no tienen reconocidas las prestaciones del sistema de ayuda a la dependencia. Se trata de ayudas para atención residencial y complemento a la dependencia, ayudas para centros de día y noche, ayudas a domicilio y cuidados en el entorno familiar, ayudas para la contratación de asistencia personal y la teleasistencia domiciliaria. Hasta septiembre, hemos destinado 180.000 euros a este tipo de ayudas. Respecto al programa de ayuda a la discapacidad, está formado por un conjunto de prestaciones consistentes en ayudas para el mantenimiento y potenciación de la capacidad residual, ayudas para la eliminación de barreras arquitectónicas y las ayudas para estancias temporales en centros y residencias. Hasta septiembre se desembolsaron 1.216.998 euros en ese concepto.

-Se ha hecho una apuesta por la innovación tecnológica. ¿Cuáles son los resultados obtenidos hasta ahora?

-La dirección general de Muface ha aprobado un plan de impulso que recoge 25 proyectos para desarrollar a lo largo de esta legislatura, uno de los ejes principales que sustentan estos proyectos es la extensión de las TIC, con incorporación de los servicios digitales comunes de la Administración General de Estado. Por ello, se están ampliando los procedimientos que pueden ser tramitados en la sede electrónica: vamos a implantar la historia digital clínica, la receta electrónica, la tarjeta sanitaria individual y pondremos en práctica el procedimiento electrónico de prestaciones dentarias y oculares. Dentro del Plan de Impulso, el sistema de receta electrónica es prioritario, siendo el proyecto más importante de la mutualidad, que cuenta con el apoyo y respaldo de la Secretaría de Estado de Función Pública. El objetivo es su implantación en el umbral temporal de dos años, aunque ya en 2018 se irán incorporando progresivamente grupos de colectivos a su utilización.

-¿Tienen datos sobre el padecimiento de enfermedades como estrés, depresión??

-Independientemente de su comunidad de residencia, se destacan las siguientes dolencias por atención especializada: el tratamiento del colesterol, las enfermedades cardiacas, la diabetes, las dolencias gástricas, las afecciones respiratorias, la hipertensión y las patologías psiquiátricas (depresión y estrés).

-¿A cuántas apersonas benefician los servicios de Muface?

-La evolución del colectivo protegido está siendo favorable. En 2016 y 2017, al compás de las ofertas de empleo público correspondientes a la recuperación económica, se están incorporando nuevas promociones de funcionarios (docentes, policías, cuerpos burocráticos?) que están accediendo al sistema. Además, el acuerdo para la mejora del empleo público y reducción del empleo temporal suscrito entre el Ministerio de Hacienda y las representaciones sindicales permitirá la incorporación de más de 100.000 nuevos mutualistas titulares, la mayor parte de ellos del sector docente, a los que se sumarían otros 25.000 beneficiarios, por lo que las perspectivas son muy favorables. Además, se espera una reducción significativa en la edad media del colectivo.