Aunque su vena "teatrera" le viene de fábrica no fue hasta los 30 años que Gracia Olayo decidió pedir una excedencia, colgar los "hábitos" de azafata de Iberia y responder por fin a la llamada de la interpretación.

El idilio de Gracia Olayo con la interpretación viene de lejos. Nacida en el seno de una familia muy numerosa, tiene 18 hermanos, esta actriz española tuvo que esperar a cumplir 30 años para poder hacer realidad su sueño. A finales de los 80 comenzó su carrera como cómica en Las Veneno y al mismo tiempo empezó a consolidar su carrera como actriz en cine, teatro y televisión. En 2014 la intérprete se hizo con el papel de Sor Bernarda de los Arcos en el musical La llamada, escrito y dirigido por Javier Ambrossi y Javier Calvo, popularmente conocidos como Los Javis. También interpretó en 2017 a la monja que está al mando del campamento La Brújula en la versión cinematográfica, que se ha llevado una de las cinco nominaciones a los Goya que tenía, la de Mejor Canción Original.

-¿Qué le parece el resultado obtenido en los Goya?

-Esto de los premios es lo que es, una vez te llevas y otras no. Lo más importante para una película, aparte de estos reconocimientos, que también son un empujón, es la respuesta de los espectadores. La acogida de La llamada ha sido muy buena. Desde su estreno en el cine hemos recibido el premio del público, que es, al fin y al cabo, para quien hacemos cine. La película no ha hecho más que llevarse alegrías.

-¿Estuvo en la gala?

-Preferí quedarme y verla desde casa. A mí me cansan mucho las fiestas, los tacones y eso de ponerse las pestañas postizas. Si no estoy nominada no voy.

-Las mujeres fueron protagonistas de la ceremonia de los Goya. ¿Queda mucho por hacer para conseguir la igualdad de género en la industria del cine?

-Siempre es poco lo que se hace porque llevamos reivindicando esa igualdad y esa equiparación con el hombre en los sueldos y en lo demás desde hace mucho tiempo. Estamos igual de preparadas. Emplear cualquier plataforma que se pueda utilizar para acabar con injusticias que en el siglo XXI ya no deberían de existir me parece bien.

-Parece que la edad para una actriz sigue pesando más que para un actor.

-Hay pocas historias de mujeres, especialmente de señoras mayores y jóvenes maduras como yo. Faltan trabajos para nosotras. Se les da mayor cobertura a los hombres, se les permite y se les consiente más.

-Aparte de la igualdad entre hombres y mujeres, ¿qué falta por mejorar en el cine?

-Más trabajo para el colectivo de actrices y actores. Hay muchos compañeros que no pueden ejercer su oficio por falta de oportunidades. Los gobiernos demuestran muy poco interés en herramientas tan importantes como el teatro y el cine, que aparte de entretener, también hacen reflexionar y evolucionar en el pensamiento. Esto a los políticos no les interesa, no vaya a ser que espabilemos y nos vengamos arriba.

-¿Cómo se siente en la piel de Sor Bernarda?

-Muy bien, porque es un personaje básicamente alegre y muy artista. Lo que pasa es que la vocación le ha llevado a rezar y a dedicarse a Dios, pero si no hubiera sido monja esta mujer hubiera tenido un grupo de teatro allí en su pueblo o hubiera pertenecido algún colectivo de teatreros o de músicos. Es un personaje vital, que quiere ir de dura pero no lo es para nada. En realidad es un trozo de pan. Tiene unas contradicciones entre lo que tiene y lo que puede ser.

-¿Cómo fue trabajar con Los Javis?

-Son muy talentosos, entusiastas y cariñosos y con una energía muy bonita. Te están animando constantemente a que te hagas con tu personaje, a que le des el punto que tú quieras darle, marcado por ellos pero buscando cada una su comodidad en el escenario.

-¿Alguna anécdota que recuerde del rodaje?

-Lo que recuerdo es el frío que pasamos en pleno mes de agosto por la noche. Rodábamos en un campamento real en Guadarrama. En las escenas del final de la película estábamos a tres grados.

-¿Por qué cree que La llamada es un éxito?

-Porque se sale de verla con muy buen talante y buen rollo. El mensaje que transmite es muy bonito: sé tú mismo y vive la experiencia de la vida sin cortapisas y sin prejuicios. La música es maravillosa, las actrices estupendas y la historia les va a resultar encantadoramente divertida.

-¿Echa de menos Las Veneno?

-La verdad es que no. Fue una época de mi vida bonita, en la que curramos y gracias a eso pudimos estar muchos años viviendo del teatro y yendo de teatreras independientes, pero esa etapa ya está quemada.