Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) es licenciado en Filosofía y Letras y prolífico escritor. Publicó su primer libro, Luz usada, en 1986 y acaba de publicar a principios de este año La ofrenda. Ha cosechado importantes galardones como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por el libro Tres cuentos de hadas.

-¿Qué se puede hacer para fomentar la lectura entre los jóvenes?

-La forma no es dándoles la lata para que lo hagan, eso es contraproducente. El futuro lector de un niño se juega mucho antes, incluso antes de que empiece a leer. El mejor consejo que se puede dar para conseguir que nuestros niños sean lectores es que los adultos les cuenten cuentos. Ahí es donde se juega todo y es el momento fundacional de la literatura. Habría que hacer un esfuerzo grande para dedicarles un ratito y contarles algo antes de dormir, porque es clave.

-¿Qué daño hacen a la lectura las nuevas tecnologías?

-No quiero juzgar cosas que no entiendo muy bien, pero creo que tampoco hay que demonizar la tecnología porque todo depende de cómo se usen las cosas. El poder que tiene un relato contado por alguien no lo tiene ninguna maquinita. A veces esas nuevas tecnologías sirven para desembarazarnos de esa obligación, que no debería serlo, de contarles cuentos. Lo importante es que el niño sienta que el padre o la madre están disfrutando de ese momento y creo que la presencia del otro no es substituible por nada.

-¿En qué medida el escritor debe adaptarse al tipo de lector actual?

-En mi caso, inicialmente no pienso en el lector, sino que me siento comprometido por una historia que tengo la necesidad de contar. La única forma de contarla bien es amarla. Esa pasión es necesaria a la hora de escribir, aunque según escribes piensas en quién lo va a leer y tratas de mantener el encanto y la atención para que el lector no se marche. Lo más importante es que eso que el escritor entrega al lector sea algo en lo que de verdad esté comprometido, porque eso se nota. De ahí que en la enseñanza de la literatura lo más importante sea que el profesor le ponga entusiasmo. La lectura es una pasión y la única manera de comunicarla es contagiarla.

-¿Es difícil publicar en la actualidad?

-Es complicado porque el mundo editorial está muy tocado, no se venden libros como se debería. Puede que las nuevas tecnologías sí que hayan afectado en eso, aunque no creo que el libro esté amenazado. Las editoriales pasan por un mal momento y cierran muchas librerías. Hoy en día es raro ver a alguien con un libro bajo del brazo por la calle o encontrar a alguien leyendo en un parque, cosas que antes eran más frecuentes.

-¿Cuál puede ser la razón de ese cambio?

-No lo sé, pero la lectura es un acto casi monacal que exige retiro, lentitud, silencio, apartarte de todo y tener tiempo para dedicarlo al libro y que te llegue. Eso en este mundo cada vez está más cuestionado, porque incluso cuando estamos solos no lo estamos ya que tenemos el móvil en el bolso y estamos pendientes de una llamada o un WhatsApp. Esto está en contra de la lectura. Joyce decía una frase hermosa y algo orgullosa y es "busco un lector que sea capaz de entregar su vida entera a la lectura de mi libro".

-¿Por qué un país debe apoyar la cultura?

-En la cultura están nuestros sueños, nuestros deseos, es como la cueva de Alí Babá donde están todos los tesoros aguardándote. ¿Cómo se puede vivir dando la espalda a todo eso? Es esencial apoyar la cultura. Imagina un mundo donde desaparezca todo eso que nuestra sociedad considera inútil, un mundo sin música, sin historias, sin películas... ¿merecería la pena vivir en ese mundo? Yo creo que no, porque habría desaparecido lo más íntimo y esencial, aquello en lo que en última instancia consistimos. También desde el punto de vista formativo, creo que en la escuela debería de dársele más importancia a la formación humanística. Sin embargo, estamos haciendo desaparecer asignaturas como historia del arte o de la música. La cultura fomenta la creatividad y el pensamiento crítico.

-Una de las claves de su obra es la búsqueda de inspiración en el univ erso femenino. ¿Qué le parece el feminismo?

-Sin duda alguna, el hecho más importante que está sucediendo en este momento en el mundo es el feminismo, la lucha de las mujeres por salir de ese estado de postración en el que el mundo masculino las ha tenido. Es una lucha que sigue siendo vigente aquí, en nuestro país.

-¿En qué mejoraría el mundo con la igualdad de género?

-En todo. No tiene ningún sentido pensar que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres, es un disparate absoluto. Es algo tan obvio que lo inexplicable es que aún estemos a estas alturas dándole vueltas. Estamos viviendo un momento extraordinario porque por fin muchas mujeres pueden hacer cosas que antes no podían, no por no estar capacitadas, sino porque no se las dejaba. Por ejemplo, yo soy muy aficionado al cine y veo que está surgiendo una generación de directoras jóvenes españolas que son las que están haciendo el mejor cine de este país.