Juan José Ruiz Ezquerro acaba de recoger el galardón con el que le ha distinguido la Sociedad Española de Neurología (SEN), el Premio SEN Historia de la Neurología como reconocimiento "a su amplia labor científica y a su dedicación por la investigación de la neurohistoria".

- Muchas veces se sospecha que algunos síntomas sin explicación pueden deberse a algún problema neurológico. ¿Son frecuentes este tipo de casos?

-Nos llega todo, desde los trastornos sensitivos, a los dolores, a los mareos, pérdidas de conocimiento, al "no se sabe qué le pasa" en definitiva o "le pasa algo muy raro", que son dos "diagnósticos" coloquiales que acaban llegando al neurólogo.

-¿Cuáles son las patologías más frecuentes que ven a diario?

-Pues hay un grupo que podríamos denominar patologías poco específicas como el mareo, la inestabilidad o las alteraciones en la marcha, que son problemas que frecuentemente nos llegan. Pero como enfermedades específicas, vemos mucho el dolor de cabeza, la cefalea, y dentro de ellas las migrañas y las cefaleas tensionales, los trastornos de la memoria, ya sean subjetivos u objetivos, y trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson y también los ataques epilépticos. Y dentro de la patología aguda y más directamente relacionada con la actividad hospitalaria, el ictus. Nosotros vemos mucho traumatismo craneoencefálico en pacientes mayores, porque las personas mayores son más frágiles, se caen, se golpean y se producen más alteraciones que en una persona joven. Este es el grueso de la patología sin olvidar ese importante porcentaje de casos extraños, de difícil diagnóstico.

-¿Estamos avanzando en la lucha frente al ictus?

-Hemos avanzado. Conocemos perfectamente los factores de riesgo del ictus, si no todos, muchos de ellos. Y muchos son prevenibles, como hipertensión arterial, colesterol, diabetes, vida sedentaria, por supuesto el tabaco, y otros. Sin embargo los ictus no han disminuido en prevalencia, lo que quiere decir que estamos fallando. Sin obviar que hay muchos matices y no todos los casos son iguales, en teoría si se produce un ictus en personas con los factores de riesgo ya determinados es que ha fallado la prevención. Y eso está sucediendo todos los días. Hemos avanzado mucho en el diagnóstico precoz del ictus y en el tratamiento precoz del ictus con técnicas como la fibrinólisis que se efectúan en las primeras 24-36 horas. Y hemos avanzado mucho también en rehabilitación, lo que pasa es que los medios no son muy florecientes, necesitamos más medios.

-¿La rehabilitación está demasiado limitada, harían falta más sesiones para los pacientes?

-Bueno, la rehabilitación siempre viene bien, lo que pasa es que muchas veces lo que necesitas es un periodo de aprendizaje para luego hacer los deberes en casa. A todos nos gustaría tener un fisio y tenerlo la mayor parte del tiempo posible, pero eso no es factible ni realista y tenemos que ceñirnos a lo que hay. Que probablemente sean un poquito más escasas, sí; que casi seguro sean las necesarias, pues también. Los médicos de rehabilitación determinan cuándo un paciente puede ser dado de alta y lo hacen bien. Nosotros además tenemos la suerte de contar con un servicio de rehabilitación extraordinario.

- ¿Hay enfermedades como el párkinson y el alzhéimer de las que no se terminan de conocer bien los mecanismos que las provocan?

-Los mecanismos los conocemos bastante bien, lo que pasa es que no sabemos cómo interrumpir la secuencia que conduce a la aparición de la sintomatología clínica. En párkinson también se ha avanzado mucho con la aparición de nuevos medicamentos y con las técnicas quirúrgicas, pero siempre que hablamos de que se ha avanzado mucho quiere decir que no se ha dado con la solución. En definitiva, que seguimos esperando.

-¿Y en otra de las patologías de gran incidencia y repercusión sanitaria y social, como es el alzhéimer?

-Me parece que es un problema mucho más complejo. A mí me llamaban pesimista hace 30 años cuando se anunciaba en los medios y anunciaban algunos profesionales la curación del alzhéimer en cinco o diez años. Lamentablemente de eso hace veinte años y yo sigo viendo lo mismo que veíamos antes.

-¿Algo habremos mejorado, no?

-Por supuesto, hemos mejorado mucho en el manejo de los enfermos, hemos mejorado en muchas cosas. Lo que me refiero es a que no disponemos de un tratamiento curativo.

-Cuando se descubrió que fallaba la mielina se pensó, damos un tratamiento para eso y ya está, pero no era tan fácil.

-Más claro es aún el caso del párkinson que es un déficit de dopamia y cuando reponemos la dopamina mejoramos la situación, pero hay otros aspectos que la dopamina no soluciona. Son enfermedades muy complejas en las que me temo, y lo lamento, el tratamiento curativo va a tardar en llegar.

-¿Ha habido avances en el tratamiento de la epilepsia, enfermedad a la que dedicó un libro?.

-Como en todo, hemos avanzado pero no hemos llegado. Hay fármacos, nuevos fármacos que vienen de alguna manera a suplir déficits de los anteriores, pero no hemos dado todavía con una solución para todos los casos. Hay un 20% de los ataques epilépticos que corresponden con la epilepsia refractaria al tratamiento médico y para esos no tenemos una solución eficaz. También se ha avanzado mucho en el tratamiento quirúrgico. Pero en definitiva nos pasa lo mismo que con las otras enfermedades, vamos avanzando, pero no acabamos de alcanzar la meta.

- ¿Hay modos de vida neurosaludables?

-Sí, sin duda. El estilo de vida saludable y la dieta saludable es algo que influye en todas las especialidades, es la economía del cuerpo general. Si una dieta es cardiosaludable es cerebrosaludable también, es una dieta saludable en definitiva, no hay que ponerle ningún apellido. Y en los estilos de vida pasa lo mismo, influyen en todo. Es una de las cosas que se aprende en historia de la Neurología o de la medicina en general. Los primeros médicos escribieron los primeros regímenes de salud, regimena salutatis, que eran todos consejos de vida higiénico dietéticos, de actividad física, control del sueño, de la actividad sexual, de la dieta y todo eso era una manera de prevenir. Eso es algo que ahora estamos retomando. Por ejemplo en los libros divulgativos de Valentín Fuster sobre la cardiología o los que promocionamos desde la Sociedad Española de Neurología en relación con el ictus no son más que una serie de consejos encaminados a eso, a promover la vida saludable como factor imprescindible para disminuir la enfermedad.

-Analicemos al doctor Google. ¿Las nuevas tecnologías nos proporcionan más conocimientos sobre nuestra salud o nos meten en la cabeza conceptos erróneos?

-Personalmente pienso que son perjudiciales para un porcentaje muy elevado de la población. Probablemente en algún sector puedan resultar ventajosos, lo que ocurre es que para asimilar la información que transmite Internet o que el doctor Google nos ofrece, aparte de que muchas veces no es exacta, también necesita uno tener unos bagajes que no tenemos. En definitiva, si tengo que ser rotundo es que en mi opinión son perjudiciales.

-¿Neurología es una especialidad atractiva para los médicos que empiezan, tiene mucha demandada en el MIR?

-Es una especialidad demandada, de hecho todas las plazas se cubren y si hubiera más también. Lo que no estoy muy seguro es que los encargados de ello estén previendo bien el futuro, igual que ha sucedido en años anteriores con la medicina en general, con la que nos estamos encontrando con un problema importantísimo de cara al relevo generacional. Faltan médicos.