Decidido a combatir el pesimismo imperante, Rafael Tamames, profesor de varias escuelas de negocios y cofundador de una consultora, se volcó en tratar de entender el mundo digital que llega plagado de máquinas encargadas de hacer los trabajos repetitivos que les ordena la mente humana. Esa concepción de la vida le ha conducido a publicar ¿Qué robot se ha llevado mi queso? (Alienta), una guía de lo que pasará en un máximo de diez años en una sociedad amedrentada ante la amenaza de una dramática pérdida de sus puestos de trabajo. Pero Tamames ve, por el contrario, ese cambio que se impone de forma inexorable como una bendición que reducirá la pobreza y nos librará de las tareas más rutinarias para que podamos disfrutar de más tiempo libre.

-Los robots amenazan con quitarnos el queso y el trabajo, pero usted es de los pocos que no lo ve así.

-Esta más que demostrado que la tecnología crea más empleos de los que destruye. Los países con más robots, como Corea del Sur, apenas tienen paro mientras que países como España, poco robotizados, registran elevadas tasas de desempleo.

-Argumente por favor por qué los países más robotizados serán los más prósperos.

-Ya lo son. Emplean los robots para las tareas repetitivas que no aportan valor añadido al trabajo y a las personas, para que puedan dedicarse a tareas de más valor intelectual. Los robots ayudan al hombre a ser más creativo.

-Hay robots capaces ya de dirigir orquestas o de pintar cuadros.

-Pero lo que hacen de momento es imitar a grandes genios.

-¿Nos sacará la tecnología de la escasez para entrar en una época de abundancia en todo?

-Lo que nos permitirá es tener más tiempo libre.

-¿Aumentará o reducirá la desigualdad?

-Como no soy envidioso la desigualdad no me importa. Creo que se reducirá la pobreza y eso ya lo estamos viendo porque el mundo va cada vez mejor.

-¿Cómo está cambiando la naturaleza del trabajo?

-Seguimos trabajando como en el siglo XX y el siglo actual será una simbiosis hombre-máquina. El hombre tendrá que ponerse en valor y solo el que rete a su cerebro triunfará.

-Lo ideal sería que los robots hicieran nuestro trabajo y que nosotros volviéramos al paraíso.

-Vamos a tener que seguir trabajando pero en otros ámbitos. La productividad dependerá de las máquinas pero la creatividad seguirá siendo de los seres humanos.

-Usted mismo reconoce que se ciernen sobre nosotros grandes dudas y amenazas.

-El tema más importante está en las cuestiones éticas y morales que se presentan. Las máquinas son un medio que puede ser utilizado para hacer el mal.

-¿Cómo hacer frente a esta amenaza?

-Estoy en contra del intervencionismo del Estado pero habrá que formar a la justicia, la policía y el ejército para combatir las posibles transgresiones.

-¿Qué problemas nos resolverá el internet de las cosas?

-Nos podremos olvidar de las tareas repetitivas y se romperán las barreras para cualquier tipo de discapacidad. Nos dejará, en fin, más tiempo libre. El problema lo tendrán los que no sepan qué hacer con ese tiempo libre.

-¿Cómo actuará el blockchain para conseguir transacciones seguras sin intermediarios?

-Ya actúa. El problema es que para trabajar con monedas reales y no virtuales tienen que actuar también los estados y es muy difícil que a corto plazo cedan a terceros ese poder de controlar la moneda.

-¿Seremos entonces imprescindibles para tomar las decisiones más creativas en la era de la inteligencia artificial?

-Seguro que sí, siempre y cuando evolucionemos inteligentemente.

-¿Estamos en la fase de decepción con los abusos que están cometiendo las redes sociales al orientar ideológica y comercialmente a sus usuarios y amigos?

-Es una realidad. Las redes sociales no dejan de ser un medio y no un fin. Igual que antes manipulaban algunos medios de comunicación, ahora lo hace la tecnología. Estamos ante viejos problemas con herramientas diferentes.

-¿Está ya a la vuelta de la esquina la empresa sin jefes?

-Sí y nosotros ya lo hemos desarrollado. Hay que establecer una jerarquía del trabajo y acabar con la jerarquía de las personas.

-¿Quién organiza y dirige el trabajo en esas empresas?

-Los líderes. Todos somos líderes en un momento dado. Liderazgo no es lo mismo que jefatura y unas veces será líder una persona y otras será empleado.

-¿Están la mayoría de las actuales empresas condenadas a desaparecer por no adaptarse al cambio digital?

-Muchas sí, pero no todas porque algunas se están adaptando muy bien a la era digital.

-¿Qué papel le corresponde jugar a la universidad en este cambio?

-Fundamental. La educación es un problema crucial en España. La universidad pública española es un desastre pero los posgrados como los del Esade o el IESE están entre los mejores del mundo. La universidad tiene que propiciar la competencia y el Estado está obligado a ayudar con becas transparentes a los que quieran estudiar y tienen capacidades para ello. Aquí despreciamos la Formación Profesional por un exceso de titulitis cuando la formación técnica es vital y es la que te asegura un trabajo.

-Su conclusión es que nos espera un mundo mejor. Explíquemelo, por favor.

-Está claro que no se puede erradicar la pobreza de un día para otro pero cada vez vivimos mejor a pesar de que nos mostremos insatisfechos. Tenemos que invertir en educación y digitalización y dejar de ser tan agoreros.