- Es curioso hablar de "psicología animal", como aparece en la definición de sus especialidades. ¿Tienen alma los perros?

-Primero habría que preguntar si tienen alma los humanos. Lo que sí tienen es conducta. Hoy en día, la psicología es la ciencia del comportamiento y cualquier animal, desde un ser unicelular hasta nosotros, tenemos un tipo de conducta y de inteligencia, evidentemente muy diferente y mucho menos evolucionada que la nuestra, pero la tienen.

- Así como la especie humana es única, las animales parecen muy diversas e incontables. ¿Es posible interpretar con precisión análoga las reacciones de las domésticas y las salvajes?

-Muchas veces hablamos de que las conductas de los animales son imprevisibles. Yo creo que son previsibles cuando los conocemos. Si conoces bien el comportamiento habrá conductas que en ciertos momentos te puedan sorprender, pero no porque sean imprevisibles sino porque tú no has sabido prever por qué el animal responde de una determinada forma.

- Es habitual tener animales de compañía, pero algunos aficionados prefieren convivir con especies salvajes. ¿Cómo lo ve?

-Pienso que las especies salvajes deberían estar en su hábitat o en centros de naturaleza protegidos donde se les pueda observar y estudiar. Creo que hoy en día no hay ninguna necesidad de tener especies salvajes en casa porque hay muchas domésticas que nos van a cubrir mucho mejor lo que un ser humano necesita de un animal, es decir, la compañía y vivir junto a él.

- En su ficha profesional de adiestrador se incluyen équidos, rapaces, psitácidas, félidos, serpientes y otros. Un mundo complicado, sin duda?

-Yo empecé trabajando con los animales salvajes, colaborando desde los 12 años con Félix Rodríguez de la Fuente y entré tras varios años ya en el mundo del perro. Luego regresé al mundo de los salvajes y trabajé en la televisión canaria en el programa Animal Show, con reptiles y otro tipo de especies que siempre me han gustado.

- Hablando de la especie canina, su gran tema, ¿qué cambiaría de la legislación vigente?

-Muchas cosas, pero sobre todo la Ley PPP (Perros Potencialmente Peligrosos). Realizaría una ley sin connotaciones racistas donde no enumeraría razas ya que son un fenotipo, es decir, el aspecto exterior. Cada individuo de una raza tiene diferente genotipo, por lo cual, el carácter no lo determina la raza, sino algunas características genéticas que vienen por línea y también el ambiente, la educación... Yo creo que el error de esta ley es haber personificado en ocho nombres, que en cada comunidad autónoma se aumentan a doce o trece. Realmente, razas caninas potencialmente peligrosas hay unas 250 o 270, en el sentido de que tienen un tamaño y una potencia que pueden resultar dañinas en un momento dado, pero claro, esto es prejuzgar a los perros y a las razas.

- ¿Cuál es la causa de que los perros PPP sean mansos o "se vuelvan locos", como se dice?

-Si un perro sale genéticamente con unas buenas aptitudes y equilibrado, luego sólo necesita un buen ambiente, una buena educación y un buen vínculo con su dueño para no ser peligroso, aunque, por ejemplo los perros tipo bull suelen tener tendencia a ser más peleones con otros perros de su mismo sexo, pero no quiere decir que sean agresivos con las personas.

- ¿Qué casos extremos han llegado a su consultorio?

-Muchos, porque trabajo con el albergue de adopción en Madrid, Dog, Horse, City, y nos llegan casos de perros que han enviado al hospital a personas o algunos que han matado niños. Muchas veces, pese a intentar ser reeducados tienen que pasar el resto de su vida en el centro porque no son rehabilitables. También hemos tenido perros que entraron con problemas, pero que luego han sido adoptados.

- ¿Es verdad que los albergues no sacrifican a los animales o tardan mucho en hacerlo?

-En Madrid hay sacrificio cero lo que ha sido un problema porque están los albergues ahora llenos a reventar de perros que muchas veces no van a salir por peligrosidad, por enfermedad o por vejez y que están quitando espacio a jóvenes que sí pueden ser adoptados.

- ¿La gente es consciente cuando compra o adopta un animal de compañía de los cuidados que requiere?

-No, y sobre todo no es consciente del dinero que te puedes dejar en el veterinario si un perro, por ejemplo, tiene una enfermedad. Además, requiere paseos, dedicación, poderlo soltar a correr y todo esto exige tiempo que hay personas que no tienen.

- ¿Sigue habiendo muchos abandonos en verano?

-Se abandona igual a lo largo de todo el año tanto de manera activa porque no se sepa controlar al animal como pasiva dejándolo escaparse de una casa de campo y no buscarlo.

- Hábleme de sus experiencias como presentador de radio y TV.

-Trabajo en la radio, que me encanta, con Nieves Herrero en Onda Madrid. La televisión fue un poco una anécdota en mi vida profesional, me dio popularidad y me divertí mucho, pero me vació un poquito el alma. No es un medio en que me sienta cómodo porque quizá es muy frívolo el ambiente, la educación.

- Usted asegura que la raza no condiciona la peligrosidad de un perro, pero la realidad parece desmentirle en algunos casos?

-Cualquier experto en genética diría que una raza es un fenotipo. Por ejemplo, los pastores alemanes son todos de apariencia similar entre sí, sin embargo luego, cada uno es un mundo. Los hay nerviosos, tranquilos, valientes o seguros e inseguros o tímidos y sociables, es decir, que dentro de una misma raza, al igual que en los seres humanos, hay diferencias. En cuanto a las líneas genéticas, me gustaría aclarar que dentro de una misma raza y una línea determinada si el animal se encuentra en un mal ambiente o recibe una mala educación puede tener conductas conflictivas, pero eso le ocurrirá tanto a un pitbull como a un yorkshire. La diferencia es que si le ocurre a este último, al ser tan pequeñito con una boca pequeña no puede hacer los estragos que sí que podría hacer un perro de gran tamaño y que daría lo mismo que estuviera dentro de la lista de las ocho razas peligrosas.

- En la convivencia humana con razas caninas hay modas que oscilan entre lo más dócil y lo aparentemente más violento. ¿Cree normal esa clase de racismo animal?

-No, como decía, yo puedo sacar diez perros de los que solemos denominar como agresivos, entre los que se encuentran los dóberman o rottweiler y que ninguno sea agresivo, con lo que se desmiente todo esto sobre su peligrosidad. Creo que hay mucha incultura canina y falta de especialización de quienes han hecho las leyes. Si nos hubieran hecho caso a los especialistas se habrían redactado de forma diferente.

- Entonces, ¿es sensato legislar en términos genéricos, siendo casi 400 las razas caninas, más todos los cruces mestizos?

-Es muy difícil. Por eso yo si tuviera que hacer una nueva ley sería sobre perros potencialmente peligrosos como las que hay en algunos estados estadounidenses, como Indiana, donde PPP es aquel que demuestra serlo, es decir, que si los perros pasaron las pruebas en sus ayuntamientos por un profesional del adiestramiento que es capaz de detectar rápidamente qué perro es o no peligroso, al que lo sea se le pueden exigir determinadas normas, pero a los inocuos de esta misma raza, no.

- De modo que las razas PPP (Perros Potencialmente Peligrosos), ¿son víctimas de una clasificación caprichosa aún si nos atacan?

-En un alto grado sí, pero luego hay una parte que es la del propietario que elige este tipo de perros. Si eres una persona violenta, un delincuente o un "macarra", no adquieres un yorkshire ni un golden o un labrador, porque no representan el estereotipo que estas personas buscan. Entonces ese pitbull que elijan, que no tendría por qué ser violento, lo utilizarán para fines no muy loables y lo transformarán en un animal peligroso.

- Los dóberman, por ejemplo, no son nombrados en la lista estatal de peligrosidad, pero sí en algunas autonómicas e incluso a nivel municipal. Parece un tanto caótico?

-Cierto. Es una raza que hoy en día tiene muchas líneas genéticas estables, equilibradas y no peligrosas, pero que se ha llevado la leyenda negra de los años 70 y 80 donde algunas líneas salieron agresivas o inseguras. Pero siempre la agresividad irá en la línea genética y en la educación, no en la raza.