El chico de goma, el hombre que llegó al top ten de Eurovisión en el 77, el vocalista de Los Tonys. Con 76 años a cuestas y casi 60 desde su debut musical, el mítico artista Micky Carreño vuelve a subirse a los escenarios para presentar su nueva obra, Desmontando a Micky.
-Su último disco fue hace ocho años. ¿Por qué éste ahora?
-Hacer un disco ahora mismo es una cosa heroica, con las redes se venden con cuentagotas. Necesitábamos una ayuda económica y ha habido corazones valientes que nos han dado luz verde y he podido hacer eso con Jorge otra vez. Son dos revisiones de temas de toda la vida y todas las demás son nuevas. Están en dos soportes, en CD y LP.
-¿Las nuevas plataformas son una evolución positiva para los músicos o es mejor el CD?
-El CD. Ahora la gente está más pendiente de las redes, Spotify, Musicalia y Amazon, pero el perfil del comprador mío que se acerca a una tienda y se encuentra con mi CD se lleva una alegría.
-¿Cómo se vive de la música?
-Trabajando. Estando pendiente de lo que se cuece en el mundo musical sin bajar la guardia.
-A los jóvenes que quieren seguir el camino musical, ¿qué les recomienda?
-Les mandaría mi máxima energía. Que no desfallezcan, que no se agobien ni se angustien, hay que buscarle las tres mil vueltas al negocio de la música y tirar para delante como sea.
-¿Ha cumplido eso de "renovarse o morir", o este nuevo disco es el Micky de siempre?
-Estoy de acuerdo con el refrán. Yo siempre he sido muy fiel a mi estilo, soy un tipo que tengo una forma de ver la música extrovertida, simpática, irónica incluso. Lo que cambia es el mensaje, que hay que actualizarlo, y la forma de componer, que hay que estar un poco al día de lo que se está haciendo en el mundo. En Desmontando a Micky hay dos temas muy Micky que rezuman mi personalidad por todos lados.
-¿Se está dejando de lado el rock en España por la música latina más comercial?
-Reconozco que es de fácil disección y están promocionándose muchísimo, pero el rock no está apartado. Es como el vinilo, puede tener sus altibajos pero la gente tiene siempre un rockata en su corazón y el vinilo no va a dejar de existir. Un vinilo lo pones, está limpito, te tomas un whiskycito, cierras los ojos y si tienes compañía, mejor. Eso es algo que nunca pasará.
-Usted fue noveno en Eurovisión en el año 1977. ¿Qué estamos haciendo mal para no quedar en mejor posición ahora?
-No lo sé. Soy de la opinión de que Eurovisión no es solo cantar bien sino la suerte, y la puesta en escena. En nuestra época había una orquesta, ahora todo es playback y hacer bailes cantando de un lado para otro y sacando cosas raras encima del escenario. Ha perdido todo el riesgo, antes, el cantante se la jugaba.
-En su carrera ha hecho canciones propias pero también versiones, ¿cuál ha sido la versión que más ha llegado a la gente?
-He hecho versiones bastante simpáticas. La de Gloria, por ejemplo, la letra es mía y de Jorge y ha salido muy bien. Pero también he hecho cosas muy malas. La de No tengo edad para amarte es la peor del mundo.
-El propio Elvis quiso versionarle El chico de la armónica.
-Elvis se interesó por esa canción porque éramos de la misma compañía. Hizo una maqueta, pero se murió y nos quedamos con el hambre y las ganas de comer. Me habría encantado que hubiese una versión cantada por él, pero sus familiares y gestores no permiten sacar cosas que no estén totalmente terminadas.
-¿Cómo definiría el estilo de Micky?
-"M" de misceláneo. "I" de incombustible. "C" de categórico. "K" de kilométrico e "Y" de yeyé. Lo que vale son los textos y la grabación que está con mucho cariño.
-¿Va a haber gira?
Siempre hago mi girita por varios pueblos y ciudades, descargo ahí como un fiera y hasta el año que viene.
-¿Habrá más Micky en el futuro, o se baja de los escenarios?
-Este es el antepenúltimo disco de toda mi vida y creo que voy a hacer una revisión de temas muy especiales. Dentro de un añito, más o menos.