Gloria Gaynor tiene la sonrisa amplia, habla despacito con voz grave y tiene también un bolso pequeño en el que guarda infinidad de cosas, entre ellas, un llavero promocional que enseña orgullosa y que hace sonar el I will survive con solo pulsar un botón y que activa la risa de la diva de la música disco, como un interruptor que la hiciese, inmediatamente, ponerse de mejor humor.

Como una coruñesa más, Gloria Gaynor cenó ayer en la terraza de la Taberna da Penela, en María Pita, en la parte descubierta. Llegó ayer por la mañana a A Coruña, aunque, por la tarde aseguró que no había podido ver mucho de la ciudad porque estaba cansada del viaje, ya que había sido "muy largo", pero que, más tarde, había querido ir a ver la plaza en la que, esta noche, cantará a partir de las 22.30 horas, para inaugurar las Fiestas de María Pita.

"Voy a tomar empanadas", decía ayer, sentada a la mesa con su mánager y dos personas más, esperando a que les llevasen la comida, con la copa llena de agua con gas y una rodajita de limón y sin perder detalle de los últimos trabajos de montaje del que, esta noche, será su escenario. Tranquila, sin prisas y con tiempo para todos, también para aquellos que, con la vista aguzada, la reconocían en una terraza descubierta, a pie de plaza, sobre las ocho de la tarde, y le pedían una foto para inmortalizar ese momento y compartirlo con sus amigos.

"Estoy deseándolo", decía ayer Gaynor, al escuchar que, seguramente, la plaza de María Pita esté llena de público con ganas de cantar y bailar con ella esta noche y no pierde oportunidad para enseñar más artículos promocionales. "Dile que los vamos a estar vendiendo mañana", le apunta su mánager, y Gaynor, divertida, vuelve a pulsar el botón del llavero y enseña, además, la parte de atrás de su teléfono móvil, que tiene, también un I will survive en forma de soporte. Un par de fotos más, antes de empezar a cenar.

La mujer que, con su voz, estuvo presente en todas y cada una de las fiestas que se organizaron a lo largo del planeta para celebrar una ruptura amorosa, sonreía ayer en María Pita, con un bastón azul y plateado apoyado en la mesa y con la vista puesta en la plaza y en las canciones que lleva cantando toda la vida y que forman parte ya del universo de las mujeres fuertes, de las que no se rinden y de las que quieren pasárselo bien, a pesar de todo.

Gaynor hará noche en A Coruña después del concierto y, al día siguiente, se irá para seguir con su gira por España, que la llevará a Girona, el 4 de agosto.