Paloma Lantero es una joven abogada española asociada al despacho de abogados J&A Garrigue en Bruselas. Sus áreas de especialización pasan por el Derecho de la competencia, las ayudas de Estado, el mercado interior de la Unión Europea (UE) y el comercio internacional. Tras pasar los últimos tres años trabajando en la capital del país centroeuropeo, Paloma Lantero ha recibido ahora una beca Fullbright para consolidar su formación como abogada en Nueva York.

- ¿Se decidió por la abogacía debido a motivaciones vocacionales?

-No recuerdo que ninguna mañana me levantara con una revelación que me dijera "estudia derecho porque crees en la Justicia". Siempre me habían gustado las Humanidades, las letras, y veía que tenía madera para tirar por esa rama. Por ejemplo, a Historia, que me gustaba, no le veía tanta aplicación práctica.

-A pesar de no ser una cuestión vocacional, le fue muy bien en Derecho.

-Sí, la verdad que cuando comencé en la facultad se confirmaron estas impresiones que tenía. En mi familia no hay abogados, en las noticias veía muchas cosas relacionadas con casos relevantes de la Justicia. Pero fue cuando me metí en las clases cuando me di cuenta que me gustaba mucho, por eso estudiaba bastante y tenía buenas notas. Era una cuestión de interés personal más allá de la obligación.

-Después ha mantenido siempre una trayectoria ascendente.

-Tras cursar los cinco años de Derecho, no sabía por dónde tirar y me surgió la posibilidad del colegio Europa en Brujas con una beca de la Mutua Madrileña. Cuando acabé empecé con Garrigues en Bruselas. Llevo tres años muy felices allí, me iré de excedencia este año a Nueva York, pero volveré.

-Háblenos un poco sobre su trabajo en el despacho.

-He estado en procedimientos administrativos con la Comisión Europea y judiciales con el Tribunal Europeo de Justicia que está en Luxemburgo. He estado involucrada en temas de ayudas de Estado que básicamente es el dinero que el Estado da a su propia industria. También en asuntos de fijación de precios, mercado interior (barreras al libre comercio). En el despacho representamos mucho a la industria española en Bruselas, pero también tenemos clientes internacionales de perfil europeo.

-Su orientación profesional tiende hacia lo europeo, ¿cómo valoraría la orientación político-económica de la UE?

-Europa tiene un espíritu liberal en lo económico, pero también cuida lo social. Muchos de los avances sociales en España vienen de la normativa europea. Se busca un cierto equilibrio. En el espíritu de la UE está velar por el ciudadano como individuo. Siempre se intenta que haya las mínimas barreras y regulaciones económicas, pero también se busca que los estados cumplan con una serie de estándares para que siendo un sistema liberal mantenga unas importantes garantías sociales.

-Ahora que se va a hacer las Américas, ¿qué espera de Estados Unidos en estas materias?

-Desde que ha llegado Trump al poder, los Estados Unidos (EEUU) han iniciado políticas para proteger su industria. A día de hoy EEUU forma parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por tanto, los países que sientan que su industria está siendo perjudicada por estas medidas, que son muchos, podrán apelarlas ante la OMC. Esto aún no ha pasado, pero empezará a ocurrir en breve. Ha habido debate sobre si EEUU podría salirse de la OMC. A mí eso me parece poco factible. Hay que tener pensar que la OMC regulará estas situaciones.

-Volviendo a España, ¿cómo ve la situación de la Justicia en nuestro país?

-El Derecho penal lo veo desde la barrera, la ley se puede interpretar de muchas maneras. Considero que los jueces españoles están muy bien preparados. Yo creo en el funcionamiento de la Justicia española, es bueno, porque siempre tienes posibilidad de recurrir las sentencias. Mal se tiene que dar para que haya errores en todas las instancias y el Supremo también se equivoque. Tenemos la suerte de estar en un sistema garantista. Se hace justicia, aunque haya debate social o decisiones que no se entiendan. El sistema funciona.

-Cambiando de tercio, háblenos sobre la beca Fullbright que ha recibido.

-Aplicar a esta beca me lo empecé a plantear estando en Bruselas. Tuvo que ver mucho con mi experiencia en esta ciudad y en el máster de Brujas. Siempre me había llamado mucho la atención el sistema universitario estadounidense, por su vanguardia metodológica. Me daba cuenta que para evolucionar en los temas que estaba tratando el mejor sitio era EEUU. El derecho a la competencia surgió allí en Chicago. Además, hoy en día los sectores de alta tecnología están siempre en el ojo de huracán y es una de las prioridades de los investigadores de la unión europea construir un marco legal al respecto de los problemas que genera. Volviendo a la beca, Fullbright busca buenas notas, un proyecto de innovación y gente que sepa vender España fuera de sus fronteras, que sepa llevar allí nuestra cultura y aplicar lo aprendido cuando vuelva.

-Más allá de lo meramente profesional, ¿qué espera de su estancia en Nueva York?

-Vivir en Manhattan, ir a una universidad en pleno centro, un lugar privilegiado, es una oportunidad única en la vida. Allí solo llegan los mejores abogados y economistas. Culturalmente es increíble con su divulgación artística, hay millones de exposiciones, espectáculos, museos... Espero seguir viviendo en Bruselas en el futuro, pero obviamente en Nueva York todo es a lo grande, especialmente el intercambio cultural, que será muy enriquecedor. Tengo muchas ganas.

-¿No le picará el gusanillo de quedarse por allí?

-No descarto ninguna opción, pero mi opción de futuro más sólida me espera en Bruselas. Ahora toca beneficiarse de las oportunidades que me dé EEUU en estos próximos diez meses desde hoy.