Mariano Peña (Huelva, 1960) encarnó al célebre personaje Mauricio Colmenero en la serie Aída, aunque ha dedicado la mayor parte de su carrera al arte dramático, tanto en teatro como en televisión, en series como Compañeros, Hospital Central o Los Serrano. También ha trabajado como actor de doblaje, y actualmente representa el papel de don Benito en la serie televisiva Allí abajo. En el nuevo espectáculo que presenta por teatros de toda España encarna a Dios para revisar los diez mandamientos desde el humor y la ironía. En Obra de Dios le acompañan Chema Rodríguez-Calderón y Bernabé Fernández. Mariano Peña compagina esta obra teatral con el rodaje de la nueva serie Pequeñas coincidencias.

-¿Qué impresiones tiene de esta Obra de Dios ?

-Son impresiones muy buenas. En cuanto la gente comprende que es una obra que pretende reírse de nuestros típicos tópicos, no hay problema. No queremos herir sensibilidades, pero sí hacer pensar al público e intentar romper tabúes. Al igual que hace años no se podía hablar de la Casa Real, en esta época ya podemos hablar de la religión. Es hora de reírnos de nosotros mismos, pero con buena fe, nunca mejor dicho (risas).

-¿Es arriesgada una obra que ironice sobre Dios y sobre la religión?

-La religión tiene mucho poder y está en la mente de todos. Siempre se ha dicho que tomar la vida en serio es una tontería, como dijo Celia Gámez. Pero no debe faltar sentido crítico ni, sobre todo, el sentido del humor. Noto que el público se ríe mucho y pasa un rato divertido, que es lo más importante.

-La obra original se estrenó en Broadway, y Jim Parsons (Sheldon Cooper en The Big Bang Theory ) fue su protagonista.

-Es un honor tomar el relevo de Parsons y también lo es que la directora, Tamzin Townsend, se acordara de mí para adaptarla en España. Nos conocimos hace tiempo en una lectura dramatizada y después vino a verme a una actuación de Priscilla. Allí me dijo que tenía algo para mí, lo leí y acepté. Tuvimos que trabajar el texto y adaptar la obra a España, hacerla más ibérica, porque había chistes y referencias que aquí no se entenderían muy bien.

-Dios se encarna en usted en la obra. ¿Con qué fin?

-Dios piensa que sus mandamientos están manidos y quiere renovarlos. Para ello, baja a la tierra, y como no tiene rostro ni figura, se sirve de un actor conocido, o eso me han dicho, que se llama Mariano Peña (risas).

-¿Cómo se combina la televisión y el teatro?

-La combinación de la televisión con el teatro es explosiva. Hacer las dos a la vez da mucho trabajo, y supone muchas horas de viajes y dificultades para combinar horarios. Lo más difícil es cambiar el chip de una cosa a la otra: hay que ir de gira con la obra y al día siguiente grabar la serie.

-¿Tiene más encanto el teatro por esa relación más cercana con el público?

-En el teatro le tomas el pulso al espectador directamente, mientras que en la televisión un capítulo que se graba hoy puede emitirse dentro de un año. La gran diferencia es que puedes hacer teatro durante toda tu vida y que nadie te reconozca por la calle, pero si sales en la televisión un día, te conoce todo el mundo. Todo tiene su cara y su cruz. La televisión es un trampolín, pero hay grandes actores de teatro que se han dedicado toda su vida a actuar y siguen siendo grandes desconocidos.

-¿Sigue siendo Mauricio Colmenero para el público?

-Siempre digo que la sombra de Mauricio es alargada y no me molesta que se me identifique con él. Es un personaje que me ha dado muchas satisfacciones, incluido un premio Ondas. Eso no quita que me guste hacer otros papeles distintos y difíciles, como el de Bernadette en Priscilla, donde tuve que cantar y bailar, o el papel de don Benito en Allí abajo. Por la calle, a veces veo a la gente sonreír y acercarse y ya me espero un "Mira, Mauricio Colmenero", pero de repente dicen: "¡Don Benito Benjumea!", y eso se agradece. Cuando pronuncian mi nombre real me resulta aún más satisfactorio.

-Está preparando Pequeñas coincidencias , una serie que se emitirá en Amazon.

-Sí, ya estamos en el rodaje. Espero que se acoja con cariño y expectación, como siempre. Es una serie bien avalada por el equipo, con Javier Veiga y Marta Hazas, que son grandes actores. Hay buenos guiones y una trama atractiva. Es una comedia romántica de una pareja que se busca sin encontrarse.