El músico gallego Teo Cardalda fue integrante original del icónico grupo de los ochenta Golpes Bajos y posteriormente del dúo Cómplices, que actualmente aún sigue en activo con su mujer, María Monsonis.

-Empezó en la música hace casi 40 años. ¿A qué aspiraba?

-Creo que soñaba con llegar a lo que está pasando ahora, que precisamente después de tantos años sigamos tocando y sigamos estando ahí, en los escenarios, como antes.

-¿Se han cumplido entonces sus sueños de adolescencia?

-Si hubiese un sueño, yo creo que sí, que está cumplido. Ahora tengo otro tipo de aspiraciones, soy mucho más testigo de lo que pasa a mí alrededor, de las cosas nuevas.

-Golpes Bajos se disolvió hace muchos años, pero no fue hasta hace casi cinco que Germán Coppini murió. ¿Con él moría una parte importante de su vida o sigue viva a través de su música de hoy?

-Fue un palo importante, no nos lo esperábamos. Él formaba parte de una etapa importantísima de mi historia como músico. La vida es así, tuvimos muy mala suerte. Haremos un concierto homenaje en octubre, y, desde luego, sigue en la memoria de muchísima gente.

-¿Cree que Cómplices pertenece más a su carrera como adulto?

-Desde luego, es el segundo proyecto después de la separación, que, aunque no fue traumática, supuso enfrentarse a algo nuevo y nos costó levantarlo más de lo que pensábamos. Manzanas es un disco, en mi opinión, maravilloso. Además, se tardó en hacer, estuvimos bastante tiempo preparando las canciones. Todavía no hacíamos las letras y eran de gente superimportante. Nosotros le tenemos mucho cariño a este disco, fue el principio de una carrera que nosotros esperábamos larga y así fue. Aunque el disco no fue un superventas, tuvo mucho peso, pues nos sirvió para asentar unas bases para lo que después vendría.

-Y hoy en día, ¿qué es para ustedes este dúo?

-A día de hoy lo llevamos con mucha más tranquilidad, ya no estamos sacando un disco cada año o cada dos. Hacemos conciertos, vamos a Latinoamérica, pero yo tengo mis propios proyectos, produzco a gente, compongo para otras personas. Disfrutamos de los conciertos, lo más importante para los grupos ahora mismo, porque es la manera más estupenda de comunicarse con la gente y con tu público.

-¿Vivir en Latinoamérica ha sido enriquecedor musicalmente?

-Yo creo que ahora cualquier país te enriquece culturalmente. Con el nuevo gobierno socialista en el poder, tenemos un poco más de sensibilidad respecto a lo que corresponde a la cultura. En mi opinión, los últimos años han sido de política cultural horrorosa, y la música sigue estando muy desvalida en este país, sobre todo si lo comparas con otros cercanos como Francia, Inglaterra o Portugal. España es un país muy maltratado cultural y musicalmente. Hay gente con muchísimo talento, que hacen música estupenda y que ahora mismo les cuesta muchísimo enfocar sus carreras. Espero que esto mejore y se arregle.

-Si fuera un joven que hoy en día lucha por llegar alto en la música, ¿cómo se movería? ¿Son más atractivos los festivales que los circuitos de salas para que te conozca la gente joven?

-Yo creo que lo que haría es creer en lo que hago, trabajar mucho y pensar que lo que realmente vale la pena es la dedicación de cada uno en silencio y en intimidad. Ahora parece que hay que enseñarlo todo, ser lo más "telegénico" posible. Los grupos de los 80 y los 90 han tenido una educación totalmente diferente a lo que ahora se estila. El todo por el todo? Los festivales han sido la única alternativa a esto, y cada verano se confirma que son eventos maravillosos donde hay mucho público, puedes disfrutar de la música durante varios días, en una actividad maravillosa que es pasarlo bien y ver conciertos. Debería haber festivales para todos los estilos.

-¿Cree que el sentimiento de "los 80 fueron gloriosos" lo tendrán los músicos incipientes respecto a esta década?

-Creo que no. Venimos ahora de tocar en el Starlite de Marbella, en un concierto con varios artistas que tienen que ver con los 80 y los 90. Precisamente esta es la pregunta que nos hacíamos entre nosotros. Probablemente esas fueron las décadas perfectas de las canciones, de las canciones en sí. Es una etapa musical en la que ha habido joyas maravillosas, que ni son vídeos, ni son actuaciones televisivas. Las canciones son lo que llega a la gente y te permite perdurar en la historia y en la memoria. Dudo mucho que en el 2030 haya tantas canciones recordables, que estén aún en la piel de la gente, como Lobo-hombre en París, Voy cruzando el río? Lo veo difícil, aunque no quiero despreciar a la gente que hace música ahora. Nosotros tuvimos la suerte de vivir esos momentos en los que pasaron tantas cosas en el país.

-¿Respeta los realities como Operación Triunfo ?

-Es muy penoso que, por ejemplo, Televisión Española, pública, no tenga un programa que sea un escaparate de las cosas que están saliendo, de las novedades, de los grupos nuevos. Pero tampoco le tengo odio, la gente que está ahí quiere aprovechar su momento, aunque este no sirva para nada. Si te pones a recordar artistas que han estado en concursos de este tipo y que tengan una carrera, hay poquísimos. Está Bisbal o Bustamante en su momento. A Rosa la destrozaron. Son un tipo de carreras absolutamente diferentes a las nuestras.