Gallego de origen pero catalán de adopción, el economista Antón Costas admite que va a contracorriente en muchos de los análisis que se realizan a raíz de la incertidumbre política y la situación en Cataluña, comunidad que conoce perfectamente. En su opinión, la economía seguirá creciendo al menos en los dos próximos años y no es tan pesimista con las consecuencia del Brexit para España.

-¿Estamos realmente ante una nueva desaceleración de la economía?

-Hay un temor creciente porque hay señales de cierta pérdida de ritmo en la economía que pueden estar anticipando una recesión. Sin embargo, creo que este temor es prácticamente descartable. La economía española está pasando de un despegue muy fuerte durante cuatro años al 3%, a la fase en que se estabiliza la recuperación y pasa a moverse a una tasa que estimo en un 2,5% estable en los próximos dos años Si el Gobierno español aprovechar ese crecimiento y repartirlo bien puede, además de crear riqueza, mejorar el progreso social y las condiciones de vida de muchas personas que están en los umbrales de la pobreza. Un economista sensato no puede pronosticar más allá de dos años y en este periodo no veo síntomas de desaceleración significativos.

-¿Qué fortalezas tiene la economía española que pueden contener ese temor a la recesión?

-La economía española tiene fundamentos competitivos más fuertes de lo que normalmente tenemos en cuenta. Hay un problema de falta de autoestima que nos lleva a no saber ver que el buen comportamiento de la balanza comercial de bienes y servicios, no sólo del turismo sino también de la balanza de servicios no turísticos, es espectacular y eso va a continuar. Tanto el sector privado, como la mejora del empleo y el comportamiento del sector exterior me permiten decir que la economía española va a tener tasas de crecimiento del 2,5% anual.

-¿Pero no se trata de un crecimiento poco robusto, basado en un empleo precario, bajos salarios y desigualdades sociales?

-Un crecimiento del 2,5% anual en los próximos años, si es bien gestionado por los gobiernos y las empresas en términos de distribuir mejor la renta generada, da para mejorar una parte de la precariedad de muchos hogares. Antes de la crisis se produjo un divorcio entre crecimiento económico y progreso social, lo que supone una amenaza tremenda por la precarización de las condiciones de vida del 30% de los hogares españoles. Los datos del FMI de los últimos años nos revelan que una economía crece más sana cuánto más equitativa es, cuánto menos desigualdad tiene, pero este escenario aún no se ha impregnado en los gobiernos ni en las empresas. El gran reto es volver a reconciliar crecimiento económico con progreso social y con democracia.

-España y Europa están pendientes del Brexit ¿Cómo cree que terminará la negociación y cuál será su impacto?

-En el caso del Brexit tenemos una situación paradójica para España. La salida del Reino Unido de la UE abre una oportunidad extraordinaria para España tanto en términos políticos como económicos. El Reino Unido es, junto con Alemania y Francia, el tercer pilar de la Unión Europea. En la medida en que salga se crea un vacío económico y político ¿Quién va a llenar ese vacío? Bajo mi punto de vista los candidatos son Italia, Polonia y España. Los dos primeros o no están en buena situación o aún no reúnen las condiciones, por lo que España tiene la suficiente reputación y, por lo tanto, se le abre una oportunidad muy importante que si la supiéramos aprovechar el Brexit sería para nosotros una oportunidad.

-¿Pero no cree que para el sector turístico sí será negativo?

-No veo el motivo por el que el Brexit nos está haciendo perder flujos turísticos desde el Reino Unido, eso solo ocurriría si hay una recesión allí como consecuencia del Brexit y, de momento, no la hay ni la preveo a corto plazo. Voy a contracorriente en este caso porque soy de los que opinan que toda crisis es una oportunidad que hay que aprovechar y España debería hacerlo. No debería quedarse mirando sólo el turismo europeo, porque el turismo está aumentando y lo seguirá haciendo de forma extraordinaria en los próximos años desde las nuevas clases medias asiáticas como son China, India o Indonesia. Este turismo está viniendo a Europa, pero exige más calidad porque no son visitantes tradicionales de playa. La industria turística lo que debe hacer es adecuarse a las nuevas características de la demanda y no estar pensando únicamente en el Reino Unido.

-¿Cómo analiza el impacto de la situación política catalana en la economía?

-Frente a los pronósticos, el efecto negativo no ha existido. La economía española ha crecido en 2017 al ritmo del 3,1% y en 2018 lo será un 2,7%. En ese crecimiento y en la creación de empleo va Cataluña en primer lugar, lo que es una sorpresa. A corto plazo no veo que se vaya a producir un efecto negativo por la situación catalana en la evolución de la economía y el empleo.