La ilusión estaba en la calle el 15-M, pero ¿qué quedó de todo aquello, de verdad se cambiaron los postulados que marcan la actividad política en España? El doctor en Filosofía de la Universidad de Baleares destripa en esta entrevista todas estas dudas.

-¿Qué queda de la regeneración democrática por la que salió a la calle el 15-M?

-No se han cumplido las expectativas. Ahí está el caso de Pablo Casado, que más allá de que se haya archivado judicialmente, es el tipo de casos que se querían evitar en política porque se buscaba la regeneración del sistema. Pero el 15-M sí nos dejó algo importante, y es que reflejó que en España existe una cultura democrática más fuerte de lo que pensábamos, y hemos dado un ejemplo a nivel mundial de reflexión.

-¿No ha quedado ningún poso en la clase política de todo aquello?

-Ha habido algunos efectos, ahora todos los partidos hacen primarias.

-¿En qué consiste la teoría del populismo?

-En el lenguaje natural, en el que usamos en nuestro día a día, el populismo tiene una carga negativa. Igualamos populismo a demagogia.

-¿Y es así?

-El populismo es la exaltación de los sentimientos en lugar de la razón. Es complicado usarlo con una connotación positiva, pero en los últimos diez años se intentó dotarlo de otro significado. En Latinoamérica comienzan movimientos en Bolivia, Ecuador y con los Kirchner en Argentina, y se busca que el populismo sea esa corriente donde se encuentra representada la clase popular. Los que no se sienten ni socialistas, ni republicanos ni anarquistas se sentirán populistas.

-Una opción para las clases que nunca se sintieron representadas, entonces.

-Sí, una opción para las clases plebeyas que nunca tuvieron la oportunidad de llegar a la política. Y acompañando a este proceso se produce una corriente intelectual que redefine el término. Una teoría muy sofisticada que integra a los excluidos y a los desamparados y cuyo máximo representante es Ernesto Laclan.

-¿Y cómo llega esa corriente a Europa y a España?

-La crisis estalla en Estados Unidos en 2008, en 2009 llega a Europa y en 2010 a España. Entonces en nuestro país se produce una crisis institucional muy fuerte, pero no es una crisis de Estado, sino del régimen. Tanto en Grecia como en España los intelectuales se inspiran en los movimientos de Latinoamérica. Íñigo Errejón hizo su tesis sobre el populismo en Bolivia y utiliza esos postulados para la fundación de Podemos.

-¿Es Errejón el más populista de los podemistas?

-Desde el punto de vista de su discurso sí, aunque en los últimos años se ha ido descentrando de esta corriente y cada vez lo es menos. La fase populista de Podemos se ha cerrado.

-¿Y sus aspiraciones políticas? ¿Sobrevivirá Podemos? ¿Habrá sorpasso del voto socialista?

-La oportunidad de Podemos ha pasado. Tenían una perspectiva de ganar al PSOE y de ese sorpasso, pero esa posibilidad hoy no es realista. Querían crean un nuevo régimen, creían que podían ser una máquina de limpieza y terminar con ese régimen establecido por medios democráticos, pero estas crisis no son como las matrimoniales, que se resuelven de un plumazo con un divorcio, éstas se alargan incluso décadas.

-¿El populismo es de izquierdas, de derechas o de ambos?

-De ambos. Aquí tenemos la presencia de Podemos y de Ciudadanos, lo que ocurre es que el populismo de izquierdas ha tocado techo y el de derechas no, ¿por qué?, porque el procés de Cataluña les ha dado una tregua con la que no contaban.

-Pero Podemos también se ha posicionado, aunque tarde, sobre una posible solución al conflicto catalán.

-Sí, Podemos intenta huir del concepto tradicional de patria y apela a la justicia social, a los derechos, pero es una batalla muy difícil de ganar porque la patria se asocia a una bandera. No tienen ninguna posibilidad de éxito en Cataluña, no puede haber una patria con dos banderas.

-Algunos auguran que una nueva crisis está por venir. ¿Sería el momento de otro 15-M y del resurgimiento de Podemos?

-El 15-M sigue latente y ha penetrado en todos los sectores de la sociedad, y si hay otra crisis será un nuevo desencadenante, ya que cuando la economía mejora el pueblo quizás no se expresa.

-Una última cuestión, ¿usted, que es filósofo, concibe una Educación Secundaria sin esa materia?

-No. Yo hice una gran campaña cuando Wert, exministro de Educación, propuso sacarla del temario, pero también creo que los filósofos tenemos que hacer una reflexión profunda e introducir temas actuales. No es posible que no haya ni una sola mujer en los temarios, y tenemos que ir más allá de Kant o Platón y hablar de los grandes trabajos de Martha Nussbaum, Seyla Benhabib, Victoria Camps y Marina Garcés.