Abandonó Ciudadanos un sábado y el mismo día de su anuncio el partido de Albert Rivera le abrió un expediente de expulsión por visitar el 9 de octubre a Puigdemont en Waterloo.

Carolina Punset, exportavoz del partido naranja en las Cortes Valencianas, llegó como eurodiputada al Parlamento europeo en 2016 con Ciudadanos, partido del que ahora afirma que solo busca votos aunque para ello le cueste sacrificar su programa.

La eurodiputada ya había dejado el comité ejecutivo de Cs hace dos años por discrepancias con la dirección nacional. Ahora se va definitivamente del partido.

-¿Prefirió irse de Ciudadanos a que la expulsaran?

-La notificación de expulsión me llegó después de que publicara mi carta abandonando la formación. Nunca tuve noticias de que me iban a expulsar, pero ellos sí tuvieron de que yo me iba porque la carta se redactó 15 días antes de su publicación. Una periodista me llamó a los pocos días y sabía que me iba a dar de baja. Ciudadanos, también.

-¿Qué motivos le ha dado la dirección?

-La entrevista a Puigdemont.

-¿Qué ha molestado de esa visita a Carles Puigdemont?

-La visita es una excusa para distraer la atención sobre el contenido de la carta e intentar deslegitimar a quien la escribe. No creo que nadie pueda pensar que una visita privada afecte a la política española.

-¿Una vendetta ?

-Tampoco. Simplemente se trata de una estrategia de desvío de la atención.

-¿Por qué con Puigdemont?

-Para entender qué pasa por la cabeza de tantos políticos catalanes que tienen mucho que perder a nivel profesional y personal. Qué piensan hasta el punto de embarcarse en un proyecto tan injustificado como es la independencia de Cataluña. Digo injustificado porque país más descentralizado que España no hay. Me pareció interesante preguntarle personalmente a Puigdemont. Me gusta escuchar otros puntos de vista, es democrático.

-¿Puigdemont le dio el suyo?

-Sí. Otra cosa es que a mí no me convenzan sus explicaciones. De hecho rebatí su punto de vista. Eso no quita que a mí no me interese como española su visión, y no que me la cuenten, sino escucharla de él. Me generaba curiosidad intelectual.

- ¿Recomendaría a otros políticos que lo hagan?

-No soy quién para recomendar nada a nadie. Lo que sí sé es que la polarización que tenemos ahora, con políticos catalanes en la cárcel con penas de 30 años y con más de dos millones de personas convencidas de que ellos tienen razón y de que les representan es una situación extraordinaria, porque no se ha vivido nunca antes, yque hay que buscar soluciones extraordinarias. Que nadie piense que esos dos millones de catalanes van a hincar la rodilla y tragar con la situación.

-¿Coincidieron en algún punto Puigdemont y usted?

-En ninguno. Pero el tono de la entrevista fue absolutamente cordial y me alegro de haberla tenido.

-¿Cuál es su posicionamiento sobre Cataluña y qué posibles soluciones plantea al conflicto?

-Mi posicionamiento es que me molesta profundamente que se compita por ver quién saca más rédito electoral por Cataluña. PP y Cs están en esa carrera. Es un interés electoralista sin interés en las soluciones. Creo que cuando amas a tu país quieres soluciones, no ganar elecciones. Sacan banderas, pero eso son objetos. Por este camino no vamos bien.

-¿Fue una visita oficial como eurodiputada? Porque usted usó el coche oficial.

-Si cualquier visita de trabajo se considera política, es decir, que no es algo personal ni para sacar provecho familiar, se puede usar. Mi trabajo no solo consiste en votar en el Parlamento. También consiste en reunirme y escuchar.

-¿Avisó usted a alguien de que tenía esa entrevista?

-A mi entorno más cercano: secretarias, asistentes y servicio de chófer del Parlamento. Tampoco voy publicando por ahí todas las entrevistas que he tenido. Me he reunido también con Borrell o con González Pons y tampoco tengo que ir avisando a mi partido de todo, porque tengo más de cuarenta años, tres hijos y no tengo por qué avisar a nadie de lo que considero que es mi obligación profesional.

-Dice que Ciudadanos le ha espiado.

-Es que lo he constatado. Pedí un certificado y habían tenido acceso a mi calendario parlamentario y a mi correo. Están acostumbrados a estas prácticas. He conocido expedientes disciplinarios por críticas a miembros de la dirección del partido en grupos privados del WhatsApp, he visto hechos inéditos en las Cortes Valencianas como que un diputado de Ciudadanos grabe a otro del PP para denigrar su imagen y viví una prohibición constante de comunicación transversal entre cargos públicos de mi partido. Me prohibieron hacer reuniones de concejales. Les parecía peligroso que nos comunicáramos. Temían que se generara un liderazgo fuerte en torno a toda esa gente. Es vieja política.

-¿Quién se ha quitado un peso de encima con su marcha, usted o Ciudadanos?

-Los divorcios nunca son una alegría. No gana nadie. A mí me hubiera gustado que Ciudadanos fuera el partido que yo creía que era y a ellos no les ha gustado que alguien publicara esta carta sobre por qué se les han ido más de 400 cargos.

-¿Cuál es su análisis sobre ese transfuguismo interno?

-Ciudadanos pactó en su día con partidos de la extrema derecha y Albert Rivera dijo que fue un error fruto de la inexperiencia. Ahora con perspectiva veo que todo les vale para conseguir votos o cargos en las instituciones. Eso ha llevado a Cs a dar muchos bandazos, no solo ideológicos pasando de acostarnos socialdemócratas y levantarnos ultraliberales, sino también desde el punto de vista programático. Rivera le dijo a Rajoy no es no, que nunca pactaría con el PP de Rajoy. Y luego son los únicos que no pactaron la moción de censura de Pedro Sánchez.

-¿Qué ha cambiado en el Ciudadanos al que usted se afilió?

-Tenía cabida gente de centro y progresista en un partido que podía captar votos de la derecha. Pero teníamos claro un ideal de partido progresista. Cuando se extendió al resto de España se decidió ir solo al voto de derechas para sustituir a los populares. Se atrajo a agrupaciones enteras del PP. Es un partido construido con los escombros del PP, su marca blanca. En la Comunidad Valenciana o Madrid es evidente. Al final, lo que lamento es que ha hecho pedazos la esperanza de mucha gente de hacer nueva política. Quien le vota es como un mal menor porque el PP ni entrenando lo puede hacer peor.

-¿Por qué mantiene el acta de eurodiputada?

-Entiendo que son ellos los que no han cumplido su programa, los que han hecho transfuguismo político, no yo, que sigo manteniendo la coherencia programática. Hice campaña por Ciudadanos cuando nadie creía en nosotros. He peleado como la que más. Por ello el acta es también moralmente mía.

-¿Abandona la política?

-Nunca se puede decir de este agua no beberé, pero es lo que me pide el cuerpo. Me encanta gestionar y proponer, pero la exposición pública es muy dura.

-¿Ha tenido ofertas de otras siglas?

-Sí. Pero solo si hay algo muy muy interesante volveré.