Nuria de Miguel ostenta, desde 1993, el cargo de secretaria general de la Fundación Amigos del Museo del Prado.

-¿Cuántos Amigos son en la actualidad?

-Lo puedo decir a día de hoy, 37.058. Y lo puedo decir con tanta precisión porque es muy importante para nosotros ese dato. Son números netos, altas menos bajas. Y todos ellos hacen donaciones que van desde los 25 euros anuales de los jóvenes hasta cantidades mayores de grupos mucho más pequeños. En agradecimiento, se reciben beneficios en función de su aportación, aunque todos coinciden en lo básico, la entrada gratuita y preferente (que es importante porque el acceso al museo cuesta 15 euros y porque a veces hay colas), descuentos en tienda, cafetería, audioguías?

- Tienen una base muy diversa, con donantes más modestos y otros que dan cantidades más importantes.

-Sí, siempre hemos pensado que queríamos involucrar al mayor número de gente posible, los Amigos son como una especie de pirámide con una base muy sólida y muy grande en número con donaciones muy pequeñas, según subes en la pirámide, el número de Amigos es menos pero sus donaciones mayores. A nosotros nos preocupa tanto el que está en la cúspide de la pirámide como el que está en la base, porque todos son importantes. Las donaciones pequeñas multiplicadas por un gran número se hacen grandes y te dan esa base sólida.

-¿Cómo eligen qué obras adquieren?

-Es el museo el que nos marca qué obras son interesantes para que entren en su colección. La última adquisición importante con participación de los Amigos ha sido La Virgen de la granada de Fra Angélico. Ese cuadro, que estaba en la colección de los duques de Alba, salía a la venta por un precio de 18 millones de euros, 10 millones los puso el Estado, 4 el Prado, de su remanente, y los 4 restantes los Amigos. En este caso participamos con una parte de la compra, en otras lo hemos adquirido íntegro con fondos de los Amigos. Recientemente una Amiga del Museo, Carmen Sánchez, dejó su testamento en favor del Prado para dedicarlo a compra de obras para el museo. Se le hará próximamente una exposición con todo lo adquirido.

-El Prado ha abierto un crowdfunding para adquirir una obra. ¿El micromecenazgo puede ser una alternativa viable para que los museos salgan al mercado?

-El museo ha propuesto adquirir de este modo Retrato de niña co n paloma de un autor francés, Simon Vouet. Se puede donar en unas urnas instaladas en el museo o a través de internet. Es una manera interesante de que la gente colabore en la adquisición de obras, porque para ayudar al Prado y para ser donante no tienes por qué ser millonario o coleccionista, se puede hacer de muchas formas. Y eso hace tiempo que lo demostramos desde los Amigos. De lo que estoy más orgullosa no es del número de Amigos, sino de su fidelidad. Una pequeña donación mantenida a lo largo de los años se convierte en algo grande y demuestra el compromiso.

-¿Con una nueva ley de mecenazgo sería posible potenciar esta vía de las donaciones?

-Sí claro, una ley de mecenazgo siempre ayudaría. Ojalá lleguemos pronto a tenerla, aunque, como he dicho antes, las desgravaciones para los primeros 150 euros son del 75%, lo que ya es una gran ayuda para este tipo de pequeñas donaciones.

-Cuando hay un cambio de Gobierno es habitual que las instituciones públicas cambien de director, como pasó en el Instituto Cervantes. Pero los museos en general, y el Prado en particular, quedan fuera de esas decisiones.

-Eso es vital porque se ha logrado una estabilidad necesaria para cualquier programa a largo plazo, que es como se trabaja en un museo. También que el museo está por encima de cualquier coyuntura política o social. Además, la dirección de un museo es un cargo técnico, desde hace muchos años está en manos de historiadores del arte. Hay un acuerdo parlamentario, que se respeta, en el cual el Prado está por encima de esos vaivenes. Creo que esa estabilidad ha sido una de las causas de su reciente éxito.

-¿Qué obra le gustaría llevar al Prado?

-Cualquier obra que complete la colección, por ejemplo alguna pintura holandesa.

-¿El Guernica ?

-El Guernica ha estado aquí muchísimo tiempo, yo he convivido mucho con él, puesto que nuestra oficina estaba también en el Casón. Para mí sería una alegría que volviera al Prado, pero de momento está muy bien en el Reina Sofía y para verlo solo hay que cruzar una calle. Lo que es importante decir es que el arte no tiene límites y que el Museo del Prado es un museo de pintores, en el que Rubens ha copiado a Tiziano o Goya a Velázquez. Todos los pintores se miran unos a otros y nosotros quisimos demostrar que eso sigue ocurriendo. En este momento el museo expone una colección de fotografías, editadas por la fundación, de doce fotógrafos contemporáneos que han estado trabajando dentro del Prado. Han hecho un trabajo magnífico, han demostrado que los artistas contemporáneos siguen teniendo al Prado como fuente de inspiración.

- En la Semana del Arte de Londres se vendieron, de forma legal, piezas valiosas del patrimonio artístico español. ¿Se está gestionando bien la salida de arte de España?

-En el Ministerio de Cultura hay una Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico por la que tiene que pasar cualquier obra que se quiere exportar. Sé que son muy rigurosos y es difícil sacar una obra que sea importante para el Estado español. Son cuestiones del mercado del arte, no es un ámbito que yo domine.

-Imagine que adquieren una obra y les hacen un Banksy , lo que hizo Banksy destruyendo Girl with Balloon , ¿qué harían?

-¡No puedo ni imaginarlo! En todo caso, sería imposible, ya que en el Prado no hay obra de pintores contemporáneos. El cuadro de Banksy se puede reponer pintándolo de nuevo, pero nuestros artistas no podrían volverlo a pintar porque están muertos?