Recién ascendido al selecto grupo de actores que cuentan con un Goya en su vitrina -aunque el suyo irá a la casa de su tía Cefe-, Luis Zahera destaca el gran momento que vive la producción audiovisual en la actualidadLuis Zahera y se siente un privilegiado por poder trabajar en lo que le entusiasma.

- Cuando recogió el premio Goya a mejor actor de reparto por su papel en El reino reivindicó los papeles pequeños, ¿es ingrato ser siempre un actor secundario?

-No es ingrato, en absoluto. Todo lo contrario. El mío es un trabajo muy muy divertido. Soy un secundario, un característico, un episódico, un capitular... se le puede llamar de mil maneras y el caso es que soy afortunadísimo porque llevo desde 1993 sin parar. Solo trabajamos el 7% de los actores, mientras que el otro 93% tiene que tener otro trabajo. Sería una barbaridad decir que mi trabajo es ingrato.

-Muchos de sus papeles secundarios son memorables, como el de Releches en Celda 211, pero ¿no sueña con un papel protagonista?

-No podemos ser todos protagonistas. Nunca hice un protagonista y supongo que aunque voy a cumplir 53 años puede llegar pero me considero un actor secundario y cada uno tiene que saber estar en su sitio. Hoy se buscan los llamados valores de producción. Todo el mundo quiere a (Luis) Tosar, a (Javier) Bardem, a Karra Elejalde... Claro que me gustaría hacer un protagonista y que me pagasen 25 millones de euros, pero no es algo real. Ya tenemos unos años y sabemos cómo funcionan el Ratoncito Pérez y los Reyes Magos...

-Su personaje en El reino pasará a la historia del cine español, con esa escena en el balcón para evitar los micros. Parece inspirado en Francisco Correa o El bigotes , la trama Gürtel. ..

-Rodrigo Sorogoyen decía que uno puede llegar a pensar que hay una similitud porque todo queda muy abierto. No se habla de qué partido político es y a todo el mundo le recuerda a alguien. A unos al Bigotes, a otros a Correa o a tal concejal que conoció en una comisión de fiestas. Hay mil variantes. El reino es una ficción pero está ambientada en 2007, cuando eran invulnerables. Es como aquí en los 90, que el narco como que ni estaba y no se hablaba de las toneladas de droga que entraban, pero luego cayeron todos. Pues esto es lo mismo, en 2007, cuando había auténticas organizaciones criminales. Es una ficción y como hay un texto tan maravilloso la verdad es que no necesitas acudir a nadie y menos trabajando con Sorogoyen. Pero claro que podría ser cualquier figura de esas que nos dejan acojonados... (una pausa) Cualquiera de ellos, efectivamente.

-Hace años que dio el salto al ámbito nacional, pero en Galicia siempre será recordado como Petróleo. ¿Le molesta?

-No, para nada (risas). Hubo otro que murió como Chanquete y yo moriré como Petróleo. Se lo debo todo a Petróleo, es un honor para mí. Esa serie fue una maravilla, un fenómeno social. Miguel de Lira morirá como Currás y yo como Petróleo, y pocas veces ocurre algo así. Además, los más mayores me llaman "Anselmo, o carteiro", de Luar. ¡Y es que eché 24 años en Luar! En definitiva, que no me puedo quejar y soy muy feliz, como una perdiz (risas).

-Cuando interpretaba usted a Petróleo o a Anselmo, ¿soñaba con recoger algún día un Goya?

-Cuando comienzas con veintipocos años te imaginas haciendo entrevistas, recogiendo premios... A día de hoy valoro mucho más la estabilidad, que vaya sonando el teléfono, ir de una serie a otra, que no se pare la maquinaria y haya que estar cuatro o cinco años sin trabajar. Está muy bien recoger premios, pero hay que comer todos los días y a mí me gusta mucho este trabajo porque es como cuando eres un niño y te pones a jugar... Sí que me gustaría que no me ofreciesen tantos malvados, tanto papel negro, pero el problema no es que te encasillen, sino no trabajar.

-Lo cierto es que usted no para de trabajar. Acaba de rodar con Alejandro Amenábar.

-Hice una cosita muy breve con Amenábar y ahora también empiezo algo en MoviStar con Dani de la Torre. Ahora con estas plataformas hay mucho trabajo para los actores que estamos mínimamente posicionados. Es como que volvieron los años 90. Un no parar con MoviStar, Netflix, HBO, Amazon... Es un momento muy dulce. No es una época de cambio, sino un cambio de época. Netflix produce cine que se emite en televisión, se va a consumir cine de otra manera... qué te voy a contar que no sepas.

-Hablaba el presidente de la Academia de Cine que no hay que temer a las nuevas plataformas y recientemente Antonio Durán Morris también recalcaba que se produce más audiovisual que nunca.

-Hay pesimistas que hablan de que hay una burbuja de producción y que esto va a reventar porque no se puede producir de esta manera. Hay quien no se explica dónde está el retorno económico de tanta producción. Hay mil versiones y yo ahí me pierdo, pero el caso es que hay mucho trabajo. Puede ser que parece como que no hay sangre nueva y que hay que darle una vuelta a esto, porque parece que estamos siempre los mismos en todas las cosas. pero supongo que es ley de vida. Lo cierto es que es un momento muy dulce y agradable.

-Dijo tras recoger el premio que se lo traería a Galicia.

-Sí, va para A Coruña, a casa de mi tía Ceferina, que la llamamos Cefe. Tiene 88 años y es la única mayor que nos queda, es como nuestra madre y le hace mucha ilusión.

-¿Qué le dijo su tía tras ganar el Goya?

-¿Qué me va a decir? Soy su sobrino, el mejor del mundo, el más guapo y el más inteligente. Para mi tía soy un superhéroe de la Marvel, puedo volar, atravesar paredes y lo que quiera.

-Ese entusiasmo es fantástico.

-Mi tía es oro puro, gente de antes, que trabajó lo que no está escrito y que lo hizo todo por nosotros. Por eso el Goya va para su casa, y que lo disfrute.