¿Se imagina las terribles escenas del Guernica, el cuadro más famoso de Pablo Picasso, convertidas en la descarga de un concierto de la banda de rock más famosa de todos los tiempos, The Rolling Stones? Ya lo ha hecho por usted precisamente uno de los miembros del grupo, un pintor consumado con una tremenda devoción por el artista que comenzó en la pintura en A Coruña. El exmiembro de Faces ya versionó en clave rockera otra obra picassiana, La danza, y opinó que a Picasso le habría gustado su obra.

Ron Wood no solo es guitarrista de los Rolling Stones, sino también un excelente pintor, además de un coleccionista de arte que está en posesión de piezas muy valiosas. Cuando no está de gira con la banda de rock por antonomasia, se suele pasar horas con pinceles en mano. Además, parece que Pablo Picasso es uno de sus artistas de referencia, en el que ya se ha inspirado en varias ocasiones. Ahora ofrece su visión de su obra maestra definitiva, el Guernica, pero pasada por la turmix rocanrolera de su devoción. ¿Se imaginan un concierto de los Stones pintado por Picasso? The destruction of a civilised riff ( La destrucción de un riff civilizado) bien sería la respuesta.

Los inmortales Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y el propio Wood se cuelan en el universo picassiano, convirtiendo los bombardeos de la Guerra Civil en una descarga de rock and roll, en una operación artística no exenta de polémica. Y es que algunos fans de la banda de rock creen que la obra del guitarrista "trivializa" un hecho histórico tan trágico como el que denunció en su pieza Pablo Picasso.

Ronnie Wood ya hizo algo similar inspirándose en La danza, otra imprescindible obra del genio. En ella la mujer que bailaba para Picasso se convierte en musa de un concierto de los Stones. "Me lo he pasado bomba haciéndolo y creo que a Picasso le habría gustado", conjeturó el músico, de 71 años, en sus redes sociales a propósito de aquella relectura picassiana.

Ron Wood estudió arte antes de entregarse a la música con el Jeff Beck Group y los Faces, en los que trabó su inquebrantable amistad con Rod Stewart. Su guitarra suena para los Stones desde 1975. Pero nunca ha dejado de pintar. De hecho, tal y como aseguró en una reciente entrevista con El País, suele pintar a sus compañeros de la banda y los escenarios donde actúan "desde hace muchos años": "Al principio se reían de mí, Keith me llamaba Ronnie Rembrandt, pero ahora me animan".

Hace unos años, cumplió un sueño vital al exponer obras propias en el Museo Picasso Barcelona. "La pintura es cicatrizante para mí. Me limpia el alma. Es una cosa muy espiritual. Cuando toco la guitarra no tengo la misma sensación. Los distintos tipos de materiales de la pintura son expresiones distintas de liberación para mí", aseveró en una ocasión el músico, que, por cierto, también comparte con el genio malagueño una fascinación por la Ciudad Condal: tiene piso en el barrio del Eixample.