Sorprende esta alianza. La ternura de sus imágenes choca con la crudeza de García-Alix.

Yo creo que hay guiños que nos identifican y que nos hacen cómplices, y ese es el espíritu de esta exposición. Entre las sombras está sacado del libro Viaje al fin de la noche, en el que se comenta que lo más interesante sucede siempre entre las sombras. Es esa búsqueda de momentos y situaciones extrañas y sorprendentes. A plena luz las cosas no tienen tanto misterio, no hay esa atmósfera propicia.

Ustedes coinciden en ella. Él por la nocturnidad, usted por lo difuso, por dejar entrever.

Sí. Yo creo que el discurso entre los dos se establece por esa selección de fotos mías en blanco y negro, de mi primera etapa. Son fotos de época, de los primeros tiempos? También porque somos antiguos amigos de hace años.

¿Cómo se conocieron?

Fue en la época de principios de los 80. Él venía por aquí porque tenía a la que luego sería su pareja, Susana, y los tres éramos amigos comunes. Luego también por sus fotos, coincidimos en alguna exposición colectiva? Cuando iba a Madrid salíamos de copas y risas.

En comparación con esos tiempos, ¿hoy se busca demasiado la perfección en la fotografía?

(Piensa) La fotografía química tiene un encanto que a lo mejor en la digital no es tanto. Hay otro protocolo, otros tempos entre que haces la toma, la revelas, las eliges? En cambio, hoy es esa cosa tan fugaz de tomar la fotografía y verla, que a mí no me interesa.

¿Y de joven era usted igual de paciente?

No, no. Antes era bulímico en el sentido de que no paraba de disparar, todo me interesaba e iba de un lado para otro tomando fotografías. Es lógico, porque también la mirada madura con el tiempo. La forma de mirar va cambiando.

¿Qué ve ahora que no viera antes?

Otra intención. La intención es importante en la fotografía, y a mí ahora me interesan los temas más reflexivos. Ya no soy ese cazador de mariposas que era antes, ahora me cuesta más cazar, pero sigo persiguiendo mariposas. Aunque para mí es muy difícil ilusionarme con las cosas como antes.

Es que ha estado entre sombras usted también?

Y tanto. Yo he perdido a mi mujer hace un año, y es muy duro. Te quedas muy descentrado, espeso, y el sentido de las cosas cambia. Las circunstancias de la vida condicionan mucho la manera de ver y hacer.

Lo que no ha cambiado es su toque de acuarela, aunque el pintor no es usted, sino su padre.

Sí. De él aprendí muchas cosas, pero yo siempre he estado rodeado de pintores. Mi mujer también era pintora, aunque no profesional, pero era mi musa. Yo siempre he sido un poco díscolo en el tema de la fotografía, porque nunca me he considerado un fotógrafo convencional. Aunque ahora mis fotos gusten, recuerdo que en los años 80 la gente me criticaba porque hacía fotos borrosas. Pero me gusta crear efectos de los defectos. La imperfección, el fallo, es donde siempre empieza el arte, de las dudas también surge alguna certeza.