Botellas de plástico, latas de refresco, enormes piedras sobre la pasarela peatonal... se acumulan cerca de la planta de reciclaje de Nostián, pero no dentro del recinto, sino fuera, en la pequeña cala de Bens que se ha convertido en un improvisado vertedero. Los vecinos de la zona reclaman la limpieza del arenal antes de la llegada del verano, aunque temen que sus aguas tampoco sean las más adecuadas para el baño, pues a escasos metros se encuentra la antigua estación de aguas residuales, que derrama directamente los vertidos al litoral.

La cala se encuentra en un entorno natural privilegiado, rodeado de montañas que conforman acantilados, pero es mirar al suelo y la playa pierda toda su vistosidad. La arena se mezcla entre basura, piedras y rocas de gran tamaño. En la entrada a la cala incluso se puede apreciar lo que un día sirvió como defensa de un automóvil. Al lado, suelas de zapato, corcho y cajetillas de tabaco, entre otros restos.

La playa de Bens ya sufrió vertidos contaminantes y en otras ocasiones estuvo en el ojo de las críticas por el aspecto de abandono que presentaba. En los presupuestos municipales para este año se incluye un proyecto para el acondicionamiento de la cala en el que el Ayuntamiento prevé invertir 30.000 euros. La asociación de residentes del barrio confía en que el saneamiento del arenal se produzca antes de la época estival, pues advierte de que la suciedad se incrementó con los últimos temporales que azotaron las costas coruñesas. "Espero que sea antes del verano, pero todo es muy relativo, es un mar muy revuelto y mientras se encuentre así -al referirse al proyecto de la futura estación depuradora de aguas residuales-", apunta Dolores Souto, presidenta del colectivo vecinal de Bens. El viejo emisario está roto y las aguas residuales inundan el litoral y afectan, entre otras zonas, a la propia cala, que se encuentra al lado de la instalación. La nueva estación depuradora no entrará en funcionamiento hasta el próximo año, ya que en el último plazo fijado se habló de que la obra estaría concluida a principios de 2009. La constructora responsable del nuevo emisario submarino -conducto por el que se enviarán los vertidos fecales a mar abierto, a 900 metros de la costa- trabaja con una máquina tuneladora para que la tubería esté instalada a lo largo del próximo verano. Tanto la depuradora como el emisario dependen del Ministerio de Medio Ambiente, pues es responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Norte.

Al olor de la basura se añade el que procede de un colector de aguas fecales ubicado junto al sinuoso acceso a la playa. Los vecinos también están a la espera de que se construya la estación de bombeo, una infraestructura que sobre todo dará servicio a Arteixo y para la que el Ayuntamiento coruñés cedió suelo municipal. Augas de Galicia, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, ya ha adjudicado la obra, que deberá estar ejecutada en seis meses, para finales de verano, y que mitigará el hedor a purín.