El primer trabajo de investigación y análisis de la biblioteca se realizó sesenta años después de que los descendientes de Marcial del Adalid depositasen las piezas en la Real Academia Galega. Fue Margarita Soto Viso quien llevó a cabo un inventario del patrimonio. Sin embargo, después de una década las obras siguen sin catalogar. Ha llegado la hora de darle a la Biblioteca Francisco Marcial del Adalid el valor que se merece y "ponerlo al servicio de la cultura".

Así lo entiende el presidente de la institución de la rúa Tabernas, Xosé Ramón Barreiro Fernández, que afirma que en breve firmará un convenio con la Diputación, que aportará 37.000 euros para la catalogación del millar de partituras allí depositadas. Lo llevará a cabo, afirma, "un experto en historia musical", que analizará las obras firmadas por el propio Marcial del Adalid y aquellas de otros autores que la familia fue adquiriendo, donde se encuentran importantes primeras ediciones.

"Todo el conjunto constituye un fondo musical único y valiosísimo", aprecia Barreiro, "más importante incluso que el de la Biblioteca Nacional". El responsable de la RAG asegura que quien eligió a la entidad para custodiar el importante patrimonio de la familia fue María, la única hija de Marcial del Adalid con la "desconocida y excepcional" intelectual coruñesa Fanny Garrido -aquella cuya belleza dejó boquiabierta a Isabel II y 20 años más joven que el compositor-. Se casó en segundas nupcias con el eminente químico lucense José Rodríguez Mourelo.

María del Adalid escogió a la Real Academia "por su prestigio y porque sus padres habían estado en contacto con intelectuales como Manuel Murguía". "Con toda probabilidad Garrido conoció a Rosalía de Castro y quiso entregarle a Galicia la colección", afirma Barreiro .

El 12 de diciembre de 1928 se formalizó la donación de este conjunto de piezas, que comenzó a reunir el abuelo del compositor, Francisco Marcial del Adalid y Ramírez de Arellano, y que continuaron su hijo y su nieto. Con la catalogación, dos siglos después de que se iniciara la colección, se confirmará finalmente la verdadera dimensión de este tesoro único, según una primera mirada experta .

Otra colección Adalid

Además de la Biblioteca Marcial Francisco del Adalid, existe otro importante fondo de la otra rama familiar, según explica la musicóloga Carolina Queipo. Es la colección de partituras Torres Adalid, que conservan los descendientes de los primos del compositor romántico, Fernando y Marcial Torres del Adalid, otros dos músicos criados en el seno de esta melómana familia de ascendencia riojana que se instaló en A Coruña. Uno comerciante y guitarrista y el otro pianista que estudió con Chopin y Moscheles y que fue quien abrió las puertas de Europa y de sus maestros al pequeño Marcial del Adalid. La actual propietaria de la colección es la familia Sangro. "Conserva en su mayoría obras impresas para piano de la primera mitad del siglo XIX", explica la investigadora y profesora de música. También existe, continúa, "un apartado bastante extenso dedicado a la guitarra", siguiendo "la moda guitarrística que se fraguaba en aquel momento en Europa". "Por una parte, se compone de un álbum de partituras manuscritas de compositores españoles o afincados en España de la primera mitad del XIX, donde resalta una pieza de Federico Moretti sobre La Cenerentola de Rossini", describe. Por otra, una serie de partituras adquiridas en el extranjero.