El Boletín Oficial de la Provincia de A Coruña publicó ayer la adjudicación definitiva de la obra de acondicionamiento de la rotonda del lugar de Nirvana a la empresa López Cao, nueve días después de la inauguración de la estatua que homenajea a Ernesto Guevara, incluida en este proyecto de mejora de la glorieta.

La contratación de esta actuación se tramitó de forma urgente y mediante procedimiento negociado sin publicidad, por un importe total de 182.432,26 euros, sufragados por el Concello de Oleiros, que rige Ángel García Seoane. Llama la atención que la adjudicación definitiva se produzca con la obra ya finalizada y la provisional se realizase cuando el proyecto ya había comenzado, puesto que ésta aparece el día 4 de junio en el BOP, pese a que el 31 de mayo LA OPINIÓN publicó una fotografía de una de las piezas del conjunto escultórico prácticamente terminada, lo que, según denunció el portavoz del Partido Popular de Oleros, Pablo Cobián, indica que se inició la obra "mucho antes de ser contratada", hecho que calificó de "muy grave".

Por esta razón, los conservadores anunciaron este pasado fin de semana su intención de denunciar ante los tribunales la adjudicación de la estatua del Che Guevara, así como también la decisión del alcalde, Ángel García Seoane, de impedir a la Corporación local votar la reprobación de la efigie del líder guerrillero en el pleno celebrado el viernes.

Esta actuación municipal ha sido objeto de polémica desde un primer momento, ya que tanto vecinos como partidos de la oposición han rechazado esta actuación municipal, por considerar que se trata de un "despilfarro" de dinero en un municipio en el que hay otras necesidades básicas sin cubrir, como puede ser el saneamiento, el abastecimiento de agua, el alumbrado o la seguridad vial.

Por este motivo, un día antes de que el busto del líder revolucionario fuese inaugurado, una plataforma vecinal se concentró en la rotonda de Nirvana, en señal de protesta por la obra.

Al día siguiente, el Gobierno loca de Alternativa dos Veciños, acompañado de autoridades cubanas y venezolanas, así como del hijo del Che, Camilo Guevara, procedió a destapar el busto, en un acto en el que se produjeron algunos altercados, debido a que varios manifestantes increparon a los defensores de la estatua, lo que degeneró en una lucha dialéctica, en la que tuvo que intervenir la Guardia Civil para evitar posibles agresiones físicas. Posturas contrarias desató también la instalación de una cámara de vigilancia frente a la glorieta, que carece de la autorización de la Delegación del Gobierno. El alcalde explicó que quiere evitar "actos vandálicos".