LA RESACA DE NOCHEVIEJA

La noche con más 'sentidiño'

Policías y sanitarios han definido esta Nochevieja y Año Nuevo como los más tranquilos de los últimos años

Marta Villar | A Coruña

"Ningún año vi tan pocos borrachos y sin ningún incidente. Parece que la gente está cogiendo sentidiño". Así lo aseguraba ayer un agente de la Policía Local de Betanzos, la localidad donde centenares de jóvenes de toda la comarca terminan la fiesta de Nochevieja y reciben el Año Nuevo.

Pocos y leves accidentes de tráfico, no demasiados ingresos por consumo excesivo de alcohol y ninguna pelea o agresión de importancia confirmaron la tendencia iniciada en 2006, cuando la ciudad y el área metropolitana vivieron el cambio de año más tranquilo de los últimos tiempos. El Concello no realizó este Fin de Año el espectáculo de luz y sonido que organizó al terminar 2007 frente a la fachada del Palacio Municipal y que no recabó demasiado éxito.

La celebración de 2009 no obstante ha batido el récord en cuanto a tranquilidad, a pesar de que la ciudad se había preparado para este evento con un operativo especial de seguridad. Cruz Roja duplicó su número de ambulancias y Bomberos y Protección Civil realizaron un turno de guardia.

Al despuntar el día de ayer se pudieron observar los habituales efectos secundarios de la fiesta: centenares de bolsas de basura amontonadas y sin recoger, así como restos de confeti, serpentinas, gorros, vasos de plástico y botellas en las aceras, sobre todo en las zonas de la movida como el Orzán. También desapareció algún contenedor de basura y otros aparecieron rotos.

Los que más trabajaron desde primeras horas de la madrugada hasta bien entrada la mañana fueron los taxistas. En el Cantón Grande la cola de jóvenes que esperaban un vehículo que les llevase a sus casas se extendía desde la Fundación Barrié hasta el Obelisco.

En muchos casos el taxi se dirigía hacia sus respectivas casas pero también un gran número de jóvenes se dirigió a Betanzos para dar la bienvenida al 2009 de la forma más tradicional en la comarca: con el chocolate con churros en la Ciudad de los Caballeros.

Los efectivos policiales confirmaron que hubo la misma afluencia de visitantes que el año pasado -e incluso se incrementó por la tarde- aunque en esta ocasión hallaron "menos gente durmiendo en los callejones por la mañana", aunque muchos aguantaron más que nunca y demoraron el regreso a sus hogares incluso hasta después de la hora de comer.

Los más jóvenes se acercaron a la feria de ganado de Betanzos -la del 1 de enero es una de las más grandes del año- para adquirir un lechón como es costumbre -que luego pasearon por las calles del casco urbano- aunque otros optaron por llevarse a casa animales más manejables como los conejos e incluso uno se llevó un hámster y otro amigo un gallo y una paloma, guardados en una caja de cartón.

Las chicas también se acercaron al mercadillo de la plaza Irmáns García Naveira donde en estas ocasiones hacen su agosto en pleno invierno las vendedores de afelpadas zapatillas que sustituyen a los tacones al terminar la fiesta.

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