El Concello proyecta 4.000 pisos protegidos con el actual plan general

El urbanismo coruñés no se detiene pese a la crisis inmobiliaria y a que el arquitecto Joan Busquets acaba de presentar el futuro plan general. El Ayuntamiento no lo ha dudado y ha proseguido con su política del ladrillo y tiene en marcha cuatro grandes polígonos residenciales, todos incluidos en el planeamiento vigente. Entre el parque ofimático, As Xubias, Visma y O Portiño se prevé levantar alrededor de 4.000 viviendas protegidas.

En 2009, el Gobierno municipal quiere dar el impulso definitivo a planes urbanísticos que se aletargaron por culpa de su tramitación administrativa y porque, como ocurrió en los casos concretos de As Xubias y San Pedro de Visma, la Consellería de Política Territorial obligó al Ayuntamiento a que reajustase los proyectos hasta que se ciñó a las directrices marcadas desde Santiago.

Entre las cuatro macrourbanizaciones, se prevé construir entre 9.000 y 10.000 pisos, de los que alrededor de 4.000 son de protección. Sólo el polígono residencial del parque ofimático supera el porcentaje de viviendas protegidas que establece la nueva reforma de la legislación gallega -la ley habla de un mínimo del 40% y en Eirís ronda el 57%-. En el resto de urbanizaciones, el peso de la vivienda libre es mayor que el de la protegida, que alcanza el 26% en San Pedro de Visma, y el 20% en As Xubias y en O Portiño, aunque en este último caso lo más seguro es que se incremente el porcentaje hasta el 40%. El mayor número de viviendas protegidas se encuentra en O Portiño, con 1.500, seguido de Eirís, con 1.300; Visma, con 1.100; y As Xubias, con 170. Los promotores y agentes de la propiedad inmobiliaria dudan de que se vendan todos los pisos de protección que se plantean, a los que habrá que añadir las 11.500 viviendas protegidas que prevé el plan de Busquets. Todos los proyectos ya han obtenido el visto bueno de la Consellería de Política Territorial -excepto el de O Portiño- y todos han recibido críticas por parte de los vecinos de las zonas afectadas. En el caso de O Portiño, residentes y grupos ecologistas presentaron alegaciones, y hasta la asociación de vecinos de Os Rosales solicitó la paralización del proyecto y denunció que los accesos que están previstos son insuficientes.

La oposición y el colegio de arquitectos son dos de los colectivos que han puesto en entredicho el afán del Ayuntamiento por agilizar la ejecución de las cuatro urbanizaciones, en lugar de esperar al nuevo plan general y diseñar los proyectos de acuerdo a las ideas de Busquets. No es la primera vez que el Partido Popular acusa al Concello de querer construir un "nuevo Benidorm".