Los afectados exigen que siga la investigación de la 'Extremadura'

Los miembros de la Plataforma en Defensa de la Verdad en la Fragata Extremadura y los familiares de uno de los dos militares fallecidos se concentraron ayer por la mañana ante el Juzgado Togado Militar de A Coruña para reclamar que continúen las investigaciones y que no se cierren las diligencias abiertas sobre la explosión de la caldera del buque, ocurrida en diciembre de 2005.

La concentración de protesta coincidió con la toma de declaraciones al teniente de navío, Pablo Varela, que en el momento del accidente era el jefe de máquinas del buque, y al que algunos compañeros, entre ellos el cabo Jorge Miguel Gago Chao, acusaron de actuar con negligencia, por no estar en el buque el día del siniestro y por no dar la orden de apagar la caldera.

En la mañana de ayer también prestó declaración el capitán de corbeta José Luis Maiz, quien ratificó el informe pericial que elaboró sobre el accidente. Aseguró que, ante los niveles de cloro que se registraron en la caldera el 19 de diciembre de 2005, habría sido preciso apagar la caldera, ya que la extracción de superficie "era una operación muy lenta para solucionar el problema", si bien adoptar la decisión de apagarla suponía que al día siguiente el buque no pudiese navegar.

Isabel Gómez, madre de Eric Noval, el joven militar de 20 años que falleció en el accidente, confía en que, después de la toma de declaraciones de ayer, el juez decida iniciar un juicio para determinar las responsabilidades directas sobre el accidente.

En caso de que finalmente se archiven las diligencias previas, tal y como solicitó el fiscal, los familiares ya habían anunciado que iniciarán una vía civil, para reclamar al Estado su responsabilidad en el accidente de una fragata que contaba con más de 30 años de antigüedad y en la que antes de 2005 ya se habían registrado diferentes deficiencias.

El accidente de la fragata Extremadura ocurrió el 19 de diciembre de 2005 en el Arsenal Militar de Ferrol. En el marco de las diligencias previas, varios soldados aseguraron que esa noche el nivel de cloro en la caldera superó en diez veces los valores mínimos considerados de emergencia, pero que el jefe de maquinas -ahora jefe de seguridad del BPE, el mayor buque de la Armada-, rechazó parar las calderas, pese a los requerimientos de varios marinos.

Esa noche se encontraba de guardia el cabo Jorge Miguel Gago Chao. Sus declaraciones sirvieron para reabrir las diligencias previas, pero, tras repetirlas en los medios de comunicación, también le supusieron el inicio de un expediente disciplinario, que finalmente fue archivado, tras varias manifestaciones ciudadanas y la constitución de una plataforma de apoyo. La imagen más mediática se produjo cuando su madre había llegado a entregar personalmente a la Reina en Ferrol un escrito en el que le suplicaba que intercediese por su hijo.