Ampliación sanitaria sólo en papel

Están sobre el papel, pero nadie se las acaba de creer, ni siquiera se atreven a trazar un proyecto sobre ellas y es que el plan general que Joan Busquets ha trazado para la ciudad del futuro reserva cuatro parcelas para ampliar las instalaciones del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC).

"No hablamos todavía con el arquitecto, pero serán para aparcamientos y accesos", aseguró ayer un portavoz del centro hospitalario. "La Consellería trabaja en coordinación y colaboración con el Concello para contemplar las mejoras infraestructurales del hospital", resuelven desde Sanidade.

El documento está ahí, los terrenos también, pero no existen plazos ni maquetas ni proyectos que digan que los terrenos anexos al hospital -tal y como los conocemos hoy- vayan a ser carreteras, explanadas divididas en pequeñas parcelas con la medida exacta de un turismo o en las dignas sucesoras de las "corredoiras" que llevan al hospital, según calificó el director gerente del Universitario, José García Buitrón, esta semana a las vías de entrada y salida del centro.

Dicen en el complejo hospitalario que las instalaciones que tienen en la actualidad se quedarán pequeñas en un futuro no muy lejano y que el servicio que presta a los ciudadanos se verá mermado. El urbanista catalán, en su estudio de ordenación del territorio coruñés, propone que tres de las parcelas que rodean los edificios del complejo hospitalario se añadan a éste y que el Materno Infantil absorba un terreno anexo. En el papel, Joan Busquets borra de sus planos los solares vacíos y de aparcamientos que, lejos de su tiralíneas, ocupan en la actualidad los terrenos que pretende anexionar al complejo.

En este juego de pensar por pensar y de dibujar una ciudad diferente, el Concello propone que los actuales aparcamientos, tanto el público como el de personal del hospital, y los futuros sean subterráneos y que las nuevas instalaciones se erijan sobre ellos y va más allá, porque en su idea de poner en un sitio y quitar de otro, asegura que ya han consensuado con el hospital y con el Servizo Galego de Saúde que el plan del urbanista catalán reserve unas parcelas para uso sanitario.

Es sólo una petición, un deseo, una partida de Monopoly o una hipótesis construida con los ladrillos de otra suposición: la que hace un arquitecto para ordenar el territorio de A Coruña y su área metropolitana.

Como el tren de cercanías, la intermodal y el traslado de la Fábrica de Armas, las cuatro parcelas destinadas a usos sanitarios en la ciudad del futuro -podrían ser incluso cinco si uno de los solares en los que está instalada la industria armamentística, destinado en el plan a equipamientos municipales, se utilizase para dar servicio al centro sanitario- son sólo fruto de un cruce de líneas, de la aplicación de normativas urbanísticas y de dar soluciones a los problemas reales; unas medidas que, en ocasiones, se resuelven sobre el papel, con una goma de borrar que hace desaparecer los tejados de las casas que ocupan un solar, sin dejar rastro, y con un lápiz que las pinta, quizá más grandes, en una parte diferente del mapa, en las que son sólo números y alturas.