El arquitecto que reformará la Marina considera viable construir el aparcamiento

José González-Cebrián asume que será necesario consensuar cambios en el proyecto inicial con el Gobierno municipal y la Autoridad Portuaria, pero que el garaje subterráneo "se acabará haciendo"

Rubén García | A Coruña

El arquitecto ganador del concurso de ideas para la reordenación de la Marina, José González-Cebrián, asegura que su proyecto, en el que se incluye la construcción de un aparcamiento, es viable. El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria pusieron en duda la ejecución del subterráneo porque en el subsuelo pueden aparecer restos de la muralla de la ciudad, un problema que ha provocado retrasos en los trabajos del parking de O Parrote.

"Se acabará haciendo", sentenció González-Cebrián para zanjar así la incertidumbre creada desde las administraciones sobre el proyecto de la Marina. El arquitecto se reunirá con el Concello -promotor de la obra- y con el Puerto coruñés -propietario del 75% de los terrenos- para decidir qué modificaciones se deberán realizar en su propuesta inicial, aunque González-Cebrián ya preveía en su proyecto la conservación del baluarte, que data, aproximadamente, de principios del siglo XX.

Ayuntamiento y Autoridad Portuaria ya advirtieron en diciembre de que sería necesario modificar el proyecto del parking, una circunstancia que asume el arquitecto, aunque hasta el momento no se han concretado cuáles son los cambios que se tendrán que hacer para replantear la obra. Su proyecto de la Marina está, además, supeditado a cómo se resuelven las obras que se ejecutan en O Parrote, donde la construcción del aparcamiento subterráneo se ha retrasado por culpa de la aparición de restos de la muralla defensiva de la ciudad, del siglo XVII. En el proyecto de González-Cebrián se incluye también la explanada que queda sobre el futuro parking de O Parrote.

El arquitecto entiende que la reordenación de la Marina no podrá iniciarse hasta que se decida qué hacer con el aparcamiento contiguo en O Parrote. Esta teoría ya la utilizó el Ayuntamiento para justificar los retrasos en el comienzo de los trabajos de la Marina: "No se iniciarán las obras mientras no se resuelva cómo se va a acabar la obra de O Parrote, una vez que la Dirección Xeral de Patrimonio [dependiente de la Consellería de Cultura] ha tomado la decisión conservacionista de exponer y musealizar las murallas", argumentó la concejal de Urbanismo, Mar Barcón, en el pleno del 1 de diciembre. En el caso de O Parrote, la Autoridad Portuaria todavía no tiene una solución. Su presidente, Macario Fernández-Alonso, afirmó el pasado jueves que presentará una nueva propuesta en el plazo máximo de un mes, que pasa por la conservación de la muralla, lo que obligará a reducir en un 30% el número de plazas.

El Ayuntamiento tenía previsto arrancar la reforma de la Marina hace un año. El primero en advertir problemas fue el propio arquitecto, quien afirmó que no existía financiación para el proyecto. El Gobierno municipal y el Puerto llegaron a supeditar la ejecución del aparcamiento a la llegada de inversores privados y apostaron por elaborar un estudio que determine si es viable o no. De acuerdo al convenio firmado por ambas partes, será el Concello quien ejecute el proyecto, en una zona donde la Autoridad Portuaria posee el 75% de los terrenos. El año pasado, mientras no se decidía qué iba a ocurrir con la reordenación del centro, la institución marítima remodeló la zona de juegos infantiles de la Marina, una iniciativa que los padres con niños pequeños del barrio aguardaban desde hacía tiempo.

Pero la remodelación de la Marina va más allá de la construcción de un parking subterráneo. José González-Cebrián propone enterrar la circulación y peatonalizar así la dársena. La apuesta del arquitecto es que sólo se permita en superficie el tráfico del transporte público y de los vehículos de los residentes de la zona.

José González-Cebrián es el responsable de dos de las grandes transformaciones que se realizarán en lugares públicos de la ciudad. Además de la futura reordenación de la Marina, el arquitecto trabaja ahora en la reforma de la plaza de Pontevedra. Según sus cálculos, y si el tiempo permite colocar las plantas y todo lo referente a jardinería que queda pendiente, la inauguración se efectuará a finales de este mes.

El Ayuntamiento, cuando arrancó la obra hace nueve meses, fijó mediados de noviembre como fecha tope para abrir la nueva plaza de Pontevedra al público. Durante los trabajos de reforma, uno de los asuntos que más controversia ha generado a pie de calle son las marquesinas instaladas a pocos metros de la calle San Andrés para los ciudadanos que aguarden la llegada del bus en la parada. Para los más críticos, se han colocado muy cerca de la carretera y dificultan el tránsito de los peatones. González-Cebrián apuntó que la idea es que los viandantes crucen por el interior de la plaza: "La circulación que se plantea es por dentro de la plaza, por detrás de las marquesinas, porque por delante es para quienes esperen el bus, [los peatones] no tienen por qué ir pegados a la carretera", argumentó el arquitecto. El proyecto de González-Cebrián para la plaza de Pontevedra consta de una segunda fase, que afecta al resto del entorno y que ahora quedará sin reformar, la zona más próxima a la avenida de Finisterre y a la calle Juan Flórez. Pero esta segunda parte dependerá de los tiempos que marque el Ayuntamiento. El arquitecto aseguró que es una obra más compleja, porque se encuentra la cafetería Manhattan y requiere un nuevo estudio para analizar la circulación.

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