Undécima batalla en O Burgo

Una docena de asociaciones recrean, una década después de la primera representación, el combate y la voladura del puente medieval

Varios momentos de la recreación, ayer, de la batalla y la voladura del puente de O Burgo. / juan varela

Varios momentos de la recreación, ayer, de la batalla y la voladura del puente de O Burgo. / juan varela

Nuria Rodríguez | A Coruña

"¡Atención, tiramos por la izquierda. Maaarchen!". Una docena de soldados franceses, a caballo, se sitúa en un extremo del puente viejo de O Burgo. Le sigue otra docena de hombres, cuatro soldados que portan un cañón y su carga y otros 15 con bayoneta. En el otro extremo del puente, permanecen las tropas inglesas y las milicias gallegas. Son las 13.30 horas y da comienzo la recreación del combate y la voladura del puente de O Burgo, uno de los episodios militares previos a la Batalla de Elviña, de la que este año se conmemora su 200 aniversario.

El 11 de enero de 1809, el ejército británico, comandado por sir John Moore, se instala en O Portádego y se dirige hacia A Coruña. Atrás queda la división del general Paget, encargada de cortar el puente de O Burgo para impedir el paso a los franceses. La vanguardia francesa, guiada por el mariscal Soult, se despliega al día siguiente en O Temple y se registra un combate con los soldados de Paget.

Undécima batalla en O Burgo

Undécima batalla en O Burgo

Como sucede con varios hechos históricos, sobre la voladura del puente medieval de O Burgo también existen varias versiones. Según una de ellas, fue tirado con normalidad, pero cuando los ingleses intentaban derribar otro cercano, el oficial de ingenieros que supervisaba la operación perdió la vida a causa de una mina. El mariscal Soult comentaría que el ingeniero inglés había sacrificado su vida por decisión propia para volar el puente de O Burgo, y no el otro.

El 14 de enero, Soult informa al general Berthier de que ha expulsado a los ingleses de O Burgo y de que se han encontrado con un arco entero volado por una explosión y dos pilares próximos muy dañados. El puente es el único lugar por el que puede pasar la artillería y los franceses se ven obligados a reconstruirlo. Gracias a los esfuerzos del jefe de la ingeniería francesa, el general Garbé, queda reparado el 14 por la tarde y a la mañana siguiente, Soult ordena el avance hacia A Coruña de las tres divisiones del segundo cuerpo del ejército, que se asientan en la parroquia de Vilaboa, Palavea y Perillo. Los ingleses, por su parte, ocupan la zona de Elviña, hacia la ría de O Burgo. Al día siguiente, se desarrollaría la Batalla de Elviña, en la que resultará herido de gravedad sir John Moore.

Undécima batalla en O Burgo

Undécima batalla en O Burgo

Dos siglos más tarde de los hechos relatados, una docena de asociaciones procedentes de distintos lugares de la península, como Oviedo, Madrid, Salamanca y León, la Asociación Napoleónica Portuguesa, la inglesa War, la Asociación Alarmas Galegas, de Betanzos, y la de Voluntarios da Victoria, de Ferrol, representan la contienda de O Burgo. En la recreación, organizada por el Concello de Culleredo y la Asociación Histórico Cultural The Royal Green Jackets, participan más figurantes y grupos que en otras ocasiones, coincidiendo con el 200 aniversario de la batalla.

A las 13.40 horas, los milicianos gallegos avanzan por el puente. De fondo suena una gaita escocesa y los cañonazos y disparos de los rifles. "¡Milicia de carga, una carga!", y los espectadores se llevan los dedos a los oídos. El humo del cañonazo llega al medio del puente. Las tropas napoleónicas se burlan de los gallegos e ingleses. "¡Viva España, viva el rey Fernando VII!", se escucha. A las 13.54 las tropas francesas y las inglesas se encuentran en el centro del puente y comienza la batalla cuerpo a cuerpo. A continuación, se repliegan y en un nuevo ataque, los soldados de Napoleón galopan al rededor de los ingleses, apostados en el cruceiro situado en uno de los extremos del puente. Con explosivos, tratan de recrear la voladura del puente y una figura envuelta en humo grita "¡Muerte al francés"! Los soldados de ambos bandos llevan sus respectivos cañones al puente y cruzan disparos. Las tropas napoleónicas desfilan cantando y de nuevo rodean a los ingleses alrededor del cruceiro. Una hora después de su inicio, la recreación llega a su fin. Los gritos, los cañonazos y el humo, así como las armas y los elaborados trajes de los figurantes trasladan por un momento a los espectadores a 1809. Tan sólo dos grafitis en el puente y los aviones que se dirigen al aeropuerto de Alvedro los sitúan de nuevo en 2009.

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