Un tornado causa daños en seis viviendas de una urbanización de A Zapateira

Un tornado de corta duración pero de una considerable intensidad causó ayer serios daños en seis viviendas de la urbanización Mansosol, situada en A Zapateira, dentro del término municipal de Culleredo pero a sólo unos metros del límite con el de A Coruña. El fenómeno atmosférico ocurrió en torno a las 12.45 horas y no produjo daños personales gracias a que en ese momento no circulaba ninguna persona por las calles Democracia y Liberdade, en las que se sitúan los chalés adosados que sufrieron los desperfectos.

El tornado se desplazó en dirección sur-norte y llegó a la urbanización procedente del monte que se sitúa a su espalda. Los tejados fueron la parte de los inmuebles en la que se produjeron mayores destrozos, ya que decenas de tejas salieron volando por los aires, mientras que varias chimeneas se fragmentaban y caían al suelo.

En los jardines situados en las partes anterior y posterior de los chalés, el vendaval levantó los muebles de terraza, macetas y objetos que se encontraban allí, al tiempo que arrancó de cuajo pequeños árboles, enredaderas y faroles, así como los cierres de las fincas. Los pocos vecinos que se encontraban en las viviendas se vieron sobresaltados por el súbito estruendo que escucharon en torno a sus casas.

Durante unos pocos segundos, todos los objetos que se hallaban en el entorno de la línea de chalés sobre la que pasó el tornado se elevaron en el aire, hasta que el viento se desplazó hacia una arboleda cercana, en la que derribó dos pinos. La vivienda más dañada, en la que una de las numerosas tejas caídas rompió la ventana de la buhardilla, se encontraba vacía, ya que su propietario se halla de viaje por motivos de trabajo.

La ausencia de vehículos en las calles, favorecida porque todos los chalés disponen de garaje, impidió que se produjeran daños en estos bienes. Las vivienda situada a ambos lados de la ruta que siguió el tornado quedaron intactos, lo que también sucedió con la residencia de estudiantes Rialta y el complejo gerontológico Los Magnolios, situados a sólo unos metros de distancia de la urbanización.

"Vi que venía del monte situado tras la urbanización y me pareció un tornado, pero no me lo creía", explica Daniel Abruñedo, un joven que paseaba con su perra por un parque cercano a la urbanización cuando se percató del fenómeno. Fue su mascota quien primero percibió esta inusual situación, ya que se sobresaltó y le hizo mirar hacia Mansosol.

"Cuando llegó a las casas vi que empezaba a levantar las tejas, que empezaron a volar por el aire, luego atravesó la urbanización y salió hacia los árboles, donde partió uno", explica Daniel, quien detalla que todo sucedió de forma muy rápida. La celeridad con la que el tornado pasó fue tal y la sorpresa que le produjo fue tan grande, que el joven no reaccionó a tiempo para captarlo con su teléfono móvil, según comentaba poco después.

Abruñedo señala que la distancia a la que se encontraba hizo que no tuviera miedo, aunque llegó a pensar que si el viento giraba hacia su posición tendría que agarrarse a un árbol de la zona para evitar ser arrastrado por el inusitado vendaval.

Fueron sólo unos segundos, pero Mari Luz García y su marido tuvieron el tiempo suficiente para angustiarse. "Estaba en la cocina y vi cómo volaban las mesas del jardín y la planta que teníamos donde los contadores de la luz voló por el aire", comenta acerca del paso del tornado sobre su vivienda en el complejo Mansosol.

Un buen número de tejas y la chimenea del chalé salieron despedidas por los aires y acabaron su viaje en la calzada de la calle, por la que también se repartían plantas y macetas de los jardines. "Pasé bastante miedo, en mi vida vi tanto aire, aunque fue cosa de unos segundos, porque paró igual de rápido que había empezado", destaca esta vecina acerca de la forma en la que se produjo este fenómeno atmosférico.

Pocos minutos antes, la hija de esta mujer acababa de tener el coche aparcado delante de la casa, por lo que se muestra convencida de que si en el momento en que pasó el tornado estuviera en el mismo lugar, habría quedado destrozado.

Miembros del Grupo de Protección Civil y de la Policía Local de Culleredo acudieron a Mansosol de inmediato para comprobar los daños en los inmuebles y que ninguna persona había resultado herida, tras lo que también se desplazó a la urbanización la concejal de Seguridad Ciudadana, Alicia Ferreiro, quien se puso a disposición de los afectados.

Un técnico del Concello examinó los desperfectos en la urbanización y reclamó la presencia de los operarios de la empresa concesionaria del servicio de limpieza viaria, que retiraron los cascotes esparcidos por la calzada y las aceras.

Serán las compañías de seguros de cada uno de los vecinos las encargadas de hacer frente a los desperfectos sufridos, ya que ninguno de los bienes públicos se vieron perjudicados por la acción del tornado.

El temporal de viento y granizo que azotó ayer la ciudad mantuvo en alerta a Protección Civil y a la Policía Local. En A Coruña, excepto en la zona de A Zapateira, no se produjeron daños más allá de que algunos semáforos de la ciudad, como los del cruce de la Casa del Mar, dejaron de funcionar a primera hora de la mañana. En la ciudad no nevó, pero granizó con fuerza pasadas las ocho de la mañana y a las 10.45 horas.

Los responsables municipales optaron por acordonar el paseo marítimo en la zona de las Esclavas para evitar que los transeúntes fuesen alcanzados por alguna ola, que ayer superaron los ocho metros. Los miembros de Protección Civil también prohibieron a los peatones el paso al dique de abrigo. Los servicios de emergencias de Galicia mantendrán hoy la alerta roja en la ciudad y recomiendan a los vecinos que eviten acercarse al paseo marítimo, a la zona del Millenium, a las Esclavas y al dique de abrigo porque se prevé que continúe el fuerte oleaje que se registró ayer. Además, los expertos en prevención aconsejan a los conductores que tengan precaución con el hielo y el granizo que hay en algunas carreteras porque pueden dificultar la frenada de los vehículos.

En A Coruña 13 colegios cerraron ayer sus puertas como consecuencia del temporal, y 19 estuvieron afectados por el viento, el granizo y la nieve. En total, según la Consellería de Educación, en la provincia de A Coruña dejaron de asistir a clase 3.300 alumnos.

Unión Fenosa y Telefónica informaron de que en la ciudad no se produjeron incidencias ni averías por el viento y el granizo. La predicción meteorológica para hoy es similar a la de ayer, por lo que la dirección general de Protección Civil mantendrá la alerta por temporal en toda la comarca. La cota de nieve se situará en torno a los 400 metros.

La delegación en A Coruña de la Agencia Española de Meteorología no detectó el paso del tornado por A Zapateira, según explicó ayer su director, Francisco Infante, ya que los equipos técnicos existentes en la actualidad no son capaces de apreciar la formación de fenómenos de este tipo cuando son de dimensiones reducidas. "Sólo podemos disponer de la información que nos proporcionan los testigos", señala Infante, quien considera "normal" que se haya producido un tornado en estos días a causa de la situación de fuerte inestabilidad atmosférica que se vive en la zona.

"Los tornados que podemos ver aquí no son los que estamos acostumbrados a ver en las películas", aclara el delegado de Meteorología, ya que en esos casos están asociados a tormentas de dimensiones que califica de "gigantescas". Infante advierte de que incluso siendo pequeño, un tornado puede ser muy destructivo, tanto para las personas como para los bienes.

En los últimos tiempos, en la comunidad gallega se ha tenido noticia de varios tornados, alguno de ellos especialmente dañino, como el ocurrido en Pobra do Caramiñal el pasado 17 de abril, que destruyó el camping de la playa de Cabío. Pocos meses después, en julio, otro tornado pasó cerca de la costa de cabo Prior, en la boca de la ría de Ferrol, sin acercarse a tierra.

En el verano de 2006 se registraron otros dos fenómenos de este tipo. El 20 de junio, un tornado arrasó dos centenares de árboles en el municipio pontevedrés de As Neves, mientras que el 13 de agosto se diviso otro en el mar desde el barrio coruñés de Adormideras.