Patrimonio autoriza el plan de mejora vial de la carretera a Miño

La Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta ha dado su visto bueno al proyecto de construcción de aceras en la carretera que une los municipios de Pontedeume y Miño, la CP-4803, por la costa.

El motivo por el que Patrimonio, que depende de la Consellería de Cultura e Deportes, debe supervisar la actuación promovida por la Diputación -organismo titular de la carretera CP-4803-, es que la villa medieval de Pontedeume ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y su casco histórico, Conjunto Histórico Artístico. La comarca eumesa también fue declarada, el 13 de agosto de 1971, Conjunto Histórico Artístico y Paisaje Pintoresco.

El alcalde eumés, Gabriel Torrente (PP), informó ayer de la autorización del proyecto por parte de Patrimonio, pero desconoce cuándo tiene previsto la Diputación iniciar las obras.

La construcción de aceras es una vieja reclamación de los vecinos de las parroquias de Centroña y Boebre. El anterior Gobierno local, presidido por el ex alcalde socialista Belarmino Freire, inició las gestiones con el organismo provincial para mejorar la seguridad vial en la CP-4803 y el actual equipo de gobierno heredó el proyecto.

Torrente hace hincapié en que el año pasado el Concello reservó una partida dentro del presupuesto municipal para acometer la primera fase de la actuación, que incluye la parroquia de Santiago de Pontedeume. "Las obras están sin ejecutar y tendremos que pedir explicaciones, aunque a lo mejor estaban esperando por el visto bueno de Patrimonio".

El regidor local también recuerda que la Diputación presentó un presupuesto para construir aceras en las parroquias de Pontedeume y Boebre y que el Ayuntamiento le pidió que incluyese en la actuación a la parroquia de Centroña. "Nos comentaron que sí, que en un principio no habría problemas y que redactarían el proyecto, pero no volví a tener noticias. La última vez que pregunté aún no lo tenían listo", indica Torrente.

El alcalde comentaba hace casi dos años, en marzo de 2006, que el Concello había reservado 259.000 euros para las expropiaciones de la primera fase y que el proyecto ya era "una realidad".