Danigal se niega a tratar en su vertedero de Cerceda más basura de Nostián

Danigal, la empresa que en el último año y medio trató en un vertedero de Cerceda los excedentes de basura de la planta de Nostián, no recibirá más residuos procedentes de la planta coruñesa a partir de este lunes. La decisión de Danigal ya ha sido comunicada a Albada, la empresa concesionaria de Nostián, que tendrá que buscar otra ubicación para las 5.000 toneladas de desechos que cada mes, desde julio de 2007, sacaba de A Coruña para enterrarlas en Cerceda.

La repentina decisión de Danigal pone fin al desvío de unas 5.000 toneladas de basura mensuales que durante el último año y medio Albada envió en camiones desde Nostián a Cerceda. En verano de 2007, Albada firmó un convenio con la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama), cuya planta incineradora está en Cerceda, para quemar allí esos residuos que exceden la capacidad de Nostián. A su vez, Sogama se comprometía a mandar a Nostián todos los residuos acumulados en Cerceda susceptibles de ser reciclados en A Coruña.

Sin embargo, ese convenio nunca se cumplió, porque ni la planta de Sogama está acondicionada para desviar a A Coruña sus desperdicios reciclables, ni tiene capacidad para recibir los de Nostián, pues el vertedero que la sociedad pública tiene en Areosa (Cerceda) está saturado. Ante esta situación, Danigal se comprometió con Sogama a recibir en su propio vertedero, contiguo al de Areosa, los excedentes de Nostián, adonde llega toda la basura que se recoge en nueve municipios -A Coruña, Abegondo, Arteixo, Bergondo, Betanzos, Cambre, Carral, Culleredo y Oleiros-. Así, decenas de camiones cargados de residuos procedentes de la planta coruñesa comenzaron a llegar cada día al vertedero de Danigal en Cerceda, donde la basura simplemente se apila. Hace tres meses, Danigal cambió su convenio con Sogama para firmar otro directamente con Albada, en el que se establece una tarifa de 25 euros por cada tonelada que llega a Cerceda.

Los excedentes de Nostián no son, pues, incinerados como habían acordado Albada y Sogama, sino que los residuos sólo cambian de ubicación -se alejan 40 kilómetros por carretera de A Coruña- para ser enterrados.

Ahora, la concesionaria de Nostián tendrá que buscar otro sistema o lugar donde enviar sus excedentes, dada la negativa de Danigal a continuar recibiéndolos en Cerceda. Aunque desde Danigal se limitan a achacar su decisión a una "estrategia empresarial", su repentina determinación de no recibir más basura de Nostián se enmarca en la investigación judicial por un delito ecológico debido a las fugas tóxicas en los vertederos de Cerceda, que en octubre provocaron la muerte de unas tres mil truchas en el río Lengüelle. Y es que Danigal, además de ser la propietaria del vertedero en el que trataba la basura de Nostián, también es la concesionaria que gestiona el vertedero de Sogama en Areosa, y seis de sus trabajadores están imputados en la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 1 de A Coruña por presunto delito ecológico.

A todo ello se suma el enfrentamiento interno en el seno de Sogama, pues varios altos cargos de la sociedad denunciaron en noviembre ante la Consellería de Economía "irregularidades" en la gestión del presidente, José Álvarez Díaz, entre las que citaron el convenio entre Sogama y Danigal sobre la gestión de los residuos de Nostián. La decisión de Danigal, con la que pretende quedarse al margen de conflictos políticos que puedan perjudicar a la empresa, le supondrá, no obstante, una pérdida de 125.000 euros mensuales, la cantidad que cobraba a Albada por acumular la basura de Nostián en su vertedero (a razón de 25 euros por tonelada).