La Compañía de Tranvías cree que el barrio de Monelos protesta por "celos"

Por "celos" de otros barrios y por "ser reacios" a usar el transbordo. La Compañía de Tranvías entiende que ahí está el origen de las protestas de los vecinos de Monelos en contra de los cambios en las líneas de autobuses que pasan por su barrio. Se lo espetaron a los afectados dos de los representantes de la concesionaria del transporte público en la ciudad, ante un auditorio lleno y airado que reprochó la ausencia del concejal de Movilidad, José Nogueira, y del gerente de la empresa, José Prada.

Prada, de viaje, y Nogueira, que el miércoles estaba enfermo, no aparecieron, aunque la presidenta de la asociación de vecinos Monelos-Pajaritas, minutos antes de comenzar la sesión en el centro cívico del barrio, todavía tenía la esperanza o la incógnita de que el edil apareciese para dar cuentas a los cerca de doscientos vecinos que le aguardaban. "Es poco serio que vengáis dos técnicos, que bastante hacéis con estar ahí, me gustaría ver al responsable de Transportes y Movilidad y al de la Compañía de Tranvías", comentó un vecino a los dos representantes de la concesionaria enviados en su lugar.

Uno de ellos era Manuel Freire, jefe de Circulación de la compañía, que analizó que muchas de las protestas vecinales por los cambios en los recorridos del transporte público se deben a "celos de unos con otros y de otros con unos". El comentario enervó a los presentes, que pidieron una disculpa para poder continuar con la reunión: "La gente no protesta por celos, protesta porque le han quitado un servicio".

Servicios como el trayecto hacia el Hospital Universitario, una de las modificaciones que más molesta a los residentes en el barrio de Monelos. "Yo trabajo en la Residencia, antes me llevaba 20 minutos llegar y ahora me lleva una hora", explica una trabajadora del centro sanitario, que ahora ha de hacer un transbordo, "a mí no me funcionan los enlaces, vas andando y llegas antes". "Da la vuelta a 300 metros de la Residencia sin llegar a la Residencia", añade otro.

"No han tenido en cuenta que el barrio de Monelos está formado por personas mayores, que cuando se vinieron aquí tenían treinta años y ahora tienen setenta", reprocha uno de los asistentes. Los buses no alcanzan el Hospital Universitario pero tampoco alcanzan la ronda de Nelle, donde se ubica Sanidad y el Hospital Modelo. "Me lleva dos horas llegar a ronda de Nelle, tengo que correr detrás de los autobuses y ya no tengo veinte años", relata una mujer asistente a la asamblea.

Los técnicos de la Compañía de Tranvías aseguraron a los vecinos que sus reticencias a la supresión del autobús 12 A, la creación del número 15 y la modificación de la línea 12, se acabarán cuando superen "la falta de hábito" de realizar enlaces y transbordos entre varias líneas. "Acepto que no les guste hacer el tránsito, no acepto que superen los 60 minutos que hay que superar para volver a pagar", añadieron los técnicos de la Compañía de Tranvías. Argumentaron que los cambios eran necesarios "por el aumento del tráfico pesado procedente del puerto, A Grela y Pocomaco" y que, por el momento, "funcionan bastante bien".

Pero la explicación siguió sin convencer al auditorio, que reprochó que tampoco en su zona hay muchas combinaciones posibles. "Aquí puedes hacer transbordo en una o dos líneas, en Salvador de Madariaga en ninguna santa parte mientras que General Sanjurjo, avenida de A Pasaxe y Os Castros tienen cinco o seis", constatan.

Los residentes en la zona acusaron al Concello de olvidar a un "barrio histórico" donde ya llegaba el tranvía tirado por mulas a principios de siglo. "Es una de las salidas importantes de la ciudad, la carretera de Castilla, la carretera de Madrid, y lo seguirá siendo", reivindicaron.

El vicepresidente de la asociación de vecinos -la presidenta estaba en la mesa moderando la reunión- propuso desde el público dos alternativas para las líneas 1 y 14, que volverían a conectar el barrio de forma directa con el centro hospitalario. Francisco Ramírez aseguró que sería fácil que el número 1 fuese desde la Casa del Mar al Corte Inglés, de allí a la avenida de Monelos hasta el Hospital Universitario.

Los asistentes intentaron arrancar un compromiso de los representantes. "Pero no lo pudieron hacer lógicamente porque ellos son los responsables", entiende Ramírez una vez rematada la reunión. La próxima semana la asociación vecinal se reunirá en María Pita con los responsables municipales y de la concesionaria. En el caso de que pasen "quince o veinte" días sin respuesta, aseguran que habrá que "tomar medidas" de otro tipo para que ser escuchados.