Cooperante de Solidaridad Internacional de Galicia

Teresa Boedo: "Algunas de las mujeres consiguen un trabajo tras pasar por el centro"

"Trabajamos con un grupo de religiosas que ayuda a las prostitutas de Quito"

Teresa Boedo, durante el desarrollo del proyecto en Quito. / la opinión

Teresa Boedo, durante el desarrollo del proyecto en Quito. / la opinión

G. M. O. | A Coruña

Teresa Boedo es la responsable de cooperación internacional de la asociación Solidaridad Internacional de Galicia y promueve, desde A Coruña, programas de ayuda a las mujeres que ejercen la prostitución en Quito.

-¿Por qué decidieron pedir una ayuda para comprar máquinas de coser?

-El proyecto ya está hecho; empezamos a trabajar en 2005 con un grupo de religiosas adoratrices que tenían una centro en Quito que funcionaba casi como una casa de acogida para las mujeres que ejercían la prostitución; poco a poco fueron aumentando sus servicios y nosotros colaboramos con ellas, a pesar de ser una asociación laica.

-¿Qué tipo de servicios reciben?

-Desde corte y confección, clases de peluquería, de manualidades y muñequería, informática, artesanía... En Ecuador la prostitución está más o menos legalizada; el Gobierno obliga a las prostitutas a pasar cada 15 días por los centros de salud para hacerles chequeos, aunque no les ofrecen ningún tipo de garantías ni de ayudas, por eso sólo está legalizado a medias.

-¿Cómo funciona el centro?

-Es un lugar para reunirse, se les ofrece una alternativa y una oportunidad para cambiar de vida. Además, es un lugar para tener a sus hijos mientras trabajan y se les enseña que hay más opciones que la prostitución en la vida. Es un proyecto largo y, cada año, vamos completando una parte, esta vez recibimos subvenciones para comprar máquinas de coser y ordenadores. Cada curso cuenta con un máximo de 40 alumnas y, durante el año pasado, se atendió en el centro a 102 personas.

-¿Consiguen salir?

-Algunas sí, otras no del todo, pero tienen, por ejemplo, la costura como segundo trabajo. Otras incluso van por las casas haciendo manicuras y se ganan así la vida.

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