Alvedro no puede recibir la catalogación de aeropuerto urbano. La defensa a ultranza que hizo el jueves el director xeral de Turismo, Rubén Lois, durante su visita a Fitur, sobre la conveniencia de que se otorgue dicha denominación en Culleredo, ha reabierto el debate sobre el proyecto de ampliación de la pista. La legislación actual, tanto europea como española, es tajante y no deja lugar a dudas. La directiva del Parlamento Europeo y del Consejo a cerca del establecimiento de medidas para restringir el nivel de ruido en los aeródromos, vigente desde marzo de 2002, establece una serie de indicadores para ser terminal urbana que la instalación de A Coruña incumple, pues carece del movimiento de aviones necesario y tampoco se encuentra "en el centro de una gran aglomeración", según apuntan todos los expertos consultados sobre este asunto.

En 2002, la Unión Europea sólo consideró aeropuertos urbanos cuatro terminales, entre las que no se encuentra Alvedro. Son Bromma (Estocolmo), London City (Londres), Belfast City y Tempelhof (Berlín), aunque este último se cerró en octubre del año pasado. En España, ninguno cuenta con esta distinción, y tampoco ninguna Administración se ha dirigido al Gobierno central para que eleve dicha solicitud a la Unión Europea. Aena se remite a las directrices comunitarias para explicar si Alvedro puede o no puede ser un terminal urbana, y todo hace indicar que no puede ser.

El Ministerio de Presidencia recoge la directiva comunitaria en el Real Decreto 1257/2003, de 3 de octubre, por el que se regulan los procedimientos para la introducción de restricciones operativas relacionadas con el ruido en aeropuertos. El documento destaca que ni siquiera las terminales con menos de 50.000 movimientos de aviones de reacciones subsónicos al año pueden catalogarse como aeropuerto cuando se habla de problemas acústicos -Alvedro, en 2008, alcanzó las 17.718 operaciones; Santiago, 21.941; y Vigo, 17.934-. Y para ser aeródromo urbano, ninguna pista debe superar los 2.000 metros de longitud, tener vuelos intraeuropeos y estar ubicado "en el centro de una gran aglomeración urbana". Los contrarios a la ampliación de la pista de Alvedro -como el BNG, el Ayuntamiento de Culleredo y la Dirección Xeral de Turismo- se agarran a estos últimos argumentos. Sin embargo, otra normativa europea, sobre Evaluación y Gestión del Ruido Ambiental, establece que una aglomeración urbana es para zonas de más de 100.000 habitantes, una cifra superior a la que existe en las inmediaciones de Alvedro. Fuentes de Aena apuntan que es una urbe "pequeña" como para acogerse a esta definición.

"Me han planteado dudas sobre tráfico aeroportuario, pero es la primera vez que lo escucho en mi vida y llevo cinco años aquí", afirman en el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) al preguntarles sobre la posibilidad de que Alvedro se convierta en aeropuerto urbano o sobre si tienen constancia de alguna petición similar.

Estudio de impacto ambiental

Quienes han defendido en los últimos meses la denominación de aeropuerto urbano para Alvedro utilizan este asunto para impedir la ampliación de la pista y reducir el horario por la noche, argumentos en los que se basan para explicar que se mitigaría el problema del ruido que genera a los vecinos los aterrizajes y despegues.

Expertos consultados aseguran que existen otras fórmulas para minimizar la contaminación acústica de los aviones, como la insonorización de las viviendas. A mayores, Aena continúa adelante con la tramitación administrativa para conseguir la ampliación de la pista.

Aena elabora en la actualidad un estudio de impacto ambiental del proyecto y, en caso de que se presenten en el periodo de exposición pública, responderá a las alegaciones y emitirá un segundo informe. Toda la documentación se remitirá al Ministerio de Medio Ambiente, que tiene la última palabra sobre la ampliación de la pista.