Los desalojados de San Andrés pagan a arquitectos para evaluar los daños

Los vecinos del edificio número 68 de la calle San Andrés, uno de los dos bloques que el pasado martes fueron desalojados por riesgo de derrumbe, han contratado a un grupo de arquitectos para evaluar los daños en sus pisos y para conocer los motivos por los que las obras que se realizan junto a su bloque han causado desperfectos en su propiedad.

Los desalojados denuncian que ni el Ayuntamiento ni los responsables de la obra les han facilitado información sobre lo ocurrido desde que se decretó el desalojo e informan de que los arquitectos que han contratado les han ofrecido una visión pesimista sobre lo sucedido, al haberles asegurado que la prohibición de regresar a sus hogares "va para largo" y que las grietas y los destrozos en paredes y techos se han agravado en los tres últimos días.

"De momento no tenemos ninguna notificación oficial. El alcalde dice que se preocupa por nosotros, pero no nos da ninguna información. Hemos contratado por nuestra cuenta a unos arquitectos que son los que nos ofrecen explicaciones. Las casas ahora están muy mal y hay posibilidades de que las declaren en ruinas", comenta Carlos Lorenzo, portavoz de los residentes del edificio 68 de San Andrés.

Los residentes aseguran que sus edificios estaban en perfecto estado de conservación hasta el comienzo de las obras y, aunque todavía no han decidido el procedimiento que seguirán para emprender acciones legales, exigirán compensaciones por lo sucedido a los responsables de los trabajos de construcción en el solar anexo a los bloques desalojados.

"Mi piso estaba perfectamente y no tenía ninguna grieta. Sería muy grave que los declararan en ruinas, porque, de ser así, el responsable sería el Ayuntamiento por no haberlos rehabilitado", denuncia Carlos Lorenzo, que al igual que la mayoría de los vecinos desalojados de los edificios 68 y 70 de la calle San Andrés pasó ayer una nueva noche en el hotel NH de los jardines de Méndez Núñez.

Los afectados por el desalojo critican el trato que han recibido y afirman que las declaraciones en las que el alcalde, Javier Losada, aseguró que su máxima preocupación es el bienestar de los vecinos no se ajustan a la realidad. Los residentes se quejan de que en los dos últimos días ni siquiera han podido entrar en sus casas para recoger ropa.

"Sabemos que están trabajando allí, pero nada más. Hace ya tres días que no entramos en casa. Nos dijeron que no podríamos pasar a recoger cosas hasta que el edificio esté asentado y deje de moverse", lamenta Emilio Sande, vecino del número 70 de San Andrés, convencido de que su exilio y el del resto de los desalojados se prolongará durante más de una semana.

El alcalde anunció el jueves que el Ayuntamiento había enviado el atestado de la Policía Local y el que redactó la Concejalía de Urbanismo al juzgado de guardia. El Gobierno local también garantizó que vigilará los trabajos para asegurar la estructura del edificio que realizará la empresa responsable de las obras.

Los residentes, sin embargo, manifiestan que uno de los culpables de lo sucedido es el propio Concello, pues opinan que los técnicos municipales deberían haber vigilado las excavaciones que motivaron los destrozos en sus casas. "Me pregunto quién concedió el permiso para hacer eso", había dicho uno de los vecinos un día después del desalojo.

Los vecinos y comerciantes de la calle San Andrés llevan años denunciando la peligrosidad de los trabajos de construcción en una zona, en la que existen una veintena de edificios en estado de abandono.