Desde Estados Unidos, el historiador José Antonio Tojo Ramallo recuerda la historia del vapor alemán General Belgrano en su estancia de cinco años en la ciudad. El investigador coruñés es autor de un amplio volumen al respecto de la actividad bélica que tocaba colateralmente al litoral gallego, para el que consultó documentación, prensa, y hasta acudió a archivos de Washington. El título, Cazadores de Barcos. Historia de los submarinos alemanes en las costas de Galicia durante la Primera Guerra Mundial.

-¿Fue tanta actividad bélica en las costas gallegas durante la I Guerra Mundial?

-Hay muchos capítulos, en su mayoría inconexos. A Coruña es, junto a Vigo y Vilagarcía, una de las ciudades calientes del espionaje alemán y aliado a lo largo de la Primera Guerra Mundial.

-¿Por qué tanta agitación en el litoral de Galicia?

-Básicamente por razones geoestratégicas. La costa gallega es geográficamente un área de paso tanto para la costa africana, como para el Mediterráneo y para los viajes oceánicos hacia América. En tiempos de guerra se convierte, por tanto, en un punto de sumo interés estratégico para las flotas navales de las naciones en litigio.

-¿Los coruñeses eran conocedores de lo que estaba ocurriendo frente a sus narices ?

-A diferencia de la II Guerra Mundial, cuando la censura a los medios será muy acusada, y cuando la inexistencia de noticias de lo que ocurre frente a nuestras costas es prácticamente absoluta; en la I Guerra Mundial la prensa gallega cubre de forma habitual y tan completa como las circunstancias lo permiten, lo sucedido frente a nuestras costas. Los medios de comunicación escritos recibían las noticias de los frentes de guerra lejanos a través de las agencias Havas, Reuters o de los teletipos recibidos en las Embajadas de las naciones en conflicto. En el caso gallego, muchas noticias -torpedeamientos frente a la costa, ataques al tráfico mercante, arribo de náufragos, avistamiento de sumergibles- eran cubiertas en directo por los corresponsales de los principales diarios, afincados en los principales pueblos y villas costeras. Algunos diarios presentan excelentes reportajes sobre lo sucedido en cada caso -no carentes de errores, por supuesto-, pero, en general, con informaciones veraces y bastante completas.