La puesta en marcha a principios del próximo mes del horno de mayores dimensiones existente en la factoría de Ferroatlántica en Dumbría permitirá la reincorporación al trabajo a tiempo completo de 26 empleados que en la actualidad están incluidos en el expediente de regulación de empleo (ERE) aplicado por la empresa, cuya conclusión está prevista para el 31 de marzo del próximo año. El resto de la plantilla también recuperará parte de la jornada laboral afectada por el ERE, aunque ninguno llegará a superar el 25% del tiempo que trabajaba anteriormente.

La empresa que preside Juan Miguel Villar Mir aclara que el funcionamiento del horno de Dumbría y la consiguiente recuperación de la jornada completa para 26 trabajadores se mantendrá mientras continúe "el actual ritmo de las ventas".

Para Ferroatlántica, "la situación económica no ha mejorado", ya que el precio de la energía muestra un incremento del 30% en la tarifa de acceso, por lo que considera que será "la evolución del mercado" el factor determinante para el mantenimiento o la nueva paralización de los hornos.

La regulación de empleo redujo inicialmente en un 70% la jornada laboral de 125 empleados de las factorías de ferroaleaciones de Dumbría y Cee, mientras que los otros 75 trabajaron la mitad del antiguo horario. El pasado mes de julio Ferroatlántica puso en marcha en Cee su horno 14, lo que hizo posible excluir del ERE a 18 trabajadores, una actuación que la empresa explicó por el "repunte en el mercado de silicomanganeso". Según la empresa, esa decisión permitió que el desempleo causado por el ERE redujese su impacto en un 50%.

La compañía anunció ayer que la reactivación del denominado horno 22 será acompañada por la del horno de pasta Soderberg, que se emplea en sus instalaciones de Cee. Esta decisión tiene por finalidad, según Ferroatlántica, "responder a la demanda de ferrosilicio en el mercado español". El reencendido de estos hornos tiene por finalidad ajustar los stocks de la fábrica, que se situaron en "límites insostenibles" a finales del año 2008, momento en que se produjo un descenso de hasta el 40% en la demanda de ferroaleaciones.