Después de días de polémica acerca de las formaciones participantes en el festival, el Noroeste concluyó ayer con un concierto que, al menos de antemano, no dejaba lugar para la controversia. Un grupo español de punk-pop y una banda sueca de garage rock parecían una opción perfectamente válida para una velada en la playa de Riazor, en la que, por tercer noche consecutiva, se congregaron miles de personas.

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