La irrealidad (hay quien habla de mentira) del argumento para la construcción en punta Langosteira del denominado puerto exterior de A Coruña, y los escollos de tipo medioambiental y técnicos que planean sobre el todavía proyecto, conducen a otros problemas que, para el mundo empresarial vinculado al transporte marítimo y, teóricamente, al negocio portuario, condicionan su futuro y, por tanto, la inversión privada.

Coinciden en que los buques estarán más expuestos a las inclemencias en punta Langosteira que en las instalaciones actuales o puerto interior. Creen que Langosteira es uno de los peores lugares de la costa atlántica para construir un puerto "ya que está en mar abierto, con un nivel de oleaje fuera de toda experiencia previa disponible, y previéndose que esté cerrado una media de 23 días al año (aunque el proyecto contempla 67 días al año)". Un precedente constructivo similar, aunque de menor escala, es el puerto exterior de Bilbao (en la bocana del río Nervión y no en mar abierto). El abra bilbaíno está situado en una zona más resguardada y con temporales sólo de orientación noroeste a noreste y donde se mantiene durante todo el año a personal y maquinaria que realizan trabajos de reposición de bloques que continuamente se lleva la mar. Durante su construcción (el 8 de febrero de 1996) sufrió un temporal del norte-noroeste con altura de ola máxima de trece metros (inferior a las olas de más de veinte metros registradas en los últimos años en punta Langosteira, y a los treinta metros que se prevé pueden alcanzar) provocando una destrucción total del morro de invernada del dique y de sus últimos 300 metros. En el caso de Langosteira supondría un retraso de un año en su construcción, además de un coste económico muy importante. En el Atlántico no existe ningún puerto construido fuera de un estuario, excepción hecha de los de Gijón y punta Langosteira, "y así les va": ambos tienen problemas económicos de sobrecoste y de mantenimiento.

A pesar de disponer de calado suficiente en parte de sus atraques, Langosteira se ha proyectado "solo para buques medianos con un máximo de 150.000 toneladas debido a que no ofrece garantías de seguridad en las maniobras de entrada-salida para buques superiores a este tonelaje". Debido a ello, manifiestan los empresarios consultados, los tráficos de futuros (grandes OBO, megaportacontenedores, supergaseros y superpetroleros) no tienen cabida porque no podrían entrar ni tan siquiera con mar gruesa. El puerto sería pequeño y sin posibilidades de crecimiento. Se prevé para cuatro atraques de graneles líquidos y tres para graneles sólidos. Dada la tendencia de crecimiento del comercio mundial basado fundamentalmente en el transporte marítimo, cuando se finalice dentro de unos seis años el puerto de punta Langosteira será insuficiente para dar respuesta a las necesidades de la comarca.

Y especifican más: "Para que un gasero, ro-ro, portacontenedores, etc. (de tamaño incluso pequeño) pueda operar en un puerto necesita disponer de aguas tranquilas. Es decir, que en los momentos de carga y descarga la altura de ola interna del puerto no sea mayor de un metro". Esto será imposible en Langosteira, por lo que sus tráficos quedan reducidos a graneles sólidos (básicamente carbón) y petróleo. Conviene recordar que las empresas ubicadas en el puerto interior de A Coruña se niegan al traslado al puerto exterior (caso de Repsol) porque no solo habría que pagarles el traslado sino la explotación, por los muchos días en que los buques estarán fondeados en la ría de Ares al no poder acceder a Langosteira.

Uno de los factores más importantes a la hora de elegir los destinos por las navieras es la duración de la escala: cada hora de buque parado supone un coste de mantenimiento, de estancia en puerto y de oportunidad (pérdida de otros transportes). Por otra parte, las líneas regulares deben garantizar unos tiempos en sus llegadas y entregas, por lo que no pueden tomar como escala un puerto que permanecerá cerrado una media de 551 horas al año (23 días, uno cada dos semanas). La falta de garantías en los tiempos de entrega y la duración de la escala hace que se considere muy difícil captar las líneas regulares y el tráfico de contenedores de los grandes operadores. Estos requieren un puerto abierto las 24 horas del día de todos los días del año. Por esto y debido a su limitación a buques medianos, Langosteira "nunca podrá ser el nodo de un gran centro logístico".