Un café, un euro con setenta céntimos. Un helado en la Colón, tres euros. Invitar al aperitivo de tu mesa y la del alcalde Losada, 41,60 euros. Una comida de trabajo en el Club Financiero, 129,31 euros. Ser concejal de Cambre y tener gastos de representación para tapas, cañas y cafés, sin necesidad de justificar el motivo, no tiene precio. Al menos 2.780 euros suman las facturas de locales de hostelería y algún que otro parking público que el edil cambrés de Hacienda Venancio Salcines cargó a la hucha municipal.

Si se revisaran los gastos de representación de todos los concejales de todos los ayuntamientos gallegos, a muchos se le saldrían, cuando menos, los colores. En el caso del edil de Hacienda Venancio Salcines, responsable de las finanzas del concello coruñés, omite o no alega motivo alguno en 26 de las 71 facturas de restaurantes, cafeterías o cervecerías que pasó al Concello y que ha revisado este periódico.

Son cuentas de 20 meses: de agosto de 2007 a marzo de 2009. Salcines accedió al cargo en mayo de 2007. Como concejal del área de Hacienda, Comercio y Empleo, nombrado por Antonio Varela Saavedra, cobraba una dedicación parcial. Con la entrada del BNG en el Gobierno local, en julio de 2007, sus competencias se reducen a la concejalía de Hacienda, Economía, Contratación y Patrimonio Municipal, por lo que no recibe más que dietas y asignaciones por asistencias a órganos colegiados.

Aún así, Venancio no es mileurista. Es profesor de la Facultad de Económicas y presidente de la Escuela de Finanzas, pero pasa un helado de tres euros de la Colón para que el Ayuntamiento de Cambre se lo abone porque, en un día de calor, decidió que su consumición estaba dentro de su labor como representante ciudadano. En cuanto a la cesta de la compra, hay una hoja de gasto que reza una compra en Opencor de 38,50 en agosto de 2007.

Una de las facturas más bajas es de dos euros, por dos cafés un desayuno en uno de sus locales favoritos de Matogrande. El barrio coruñés, una de las referencias de la hostelería más cool en la ciudad, es también uno de los lugares que leva más estrellas en la guía de tapeo de edil. Hay locales del lugar que tanto le valen para tomarse una a las nueve de la noche como para desayunar a las nueve de la mañana. Las justificaciones, algunas son concretas, otras nulas y las demás, vagas. Entre el último grupo "invitación", "gastos de representación", "comida concejal" o "reunión concejal" y "comida de trabajo".

De tratarse de una empresa privada, la Hacienda que somos todos -no su concejalía, sino la Agencia Tributaria- le exigiría al político coruñés más explicaciones para poder deducir esas cantidades como "gastos de representación" y justificar que las cifras están relacionadas directamente con la actividad empresarial.

Entre las primeras, por ejemplo, "invitación Losada", que el alcalde coruñés puntualizó el viernes: "Me dijeron que estaba invitado y vi a Venancio en el local". O una comida de más de 120 euros con vecinos de Pravio, cuya asociación niega que Salcines les haya invitado a nada, además de recordarle que llevan seis meses sin hablar con él.

. Invitados. ¿Más invitados de Salcines sí incluidos en los márgenes de las notas y en algunas hojas de gastos? Para empezar, "reunión feirantes", a los que convidó a un tentempié el 2 de diciembre y el 20 de enero -dos facturas de 40 y 34 euros- en la celebrada Pulpeira de Melide. Por ahí se gastó en un encuentro con la asociación de comerciantes de O Temple y al Consorcio Gallego (no especifica cuál consorcio gallego) en un local cambrés. También invitó a los vecinos del paseo marítimo en enero de 2008, después del escape de gas ocurrido en la zona. Una "reunión con periodistas" se saldó con una comida de 126,95 euros.

. Las grandes facturas. Como la comida anterior, las grandes notas de Salcines son comidas de representación. Cinco de ellas no bajan de los 120 euros. Los conceptos son "comida concejal coruña", "comida trabajo", una sin justificación y otra unos pinchos en el lugar del Espíritu Santo que abonó de su bolsillo.

. Café y tapa. Café, tapa de tortilla, zumo de piña, caña, corto, bocata vegetal, menta poleo... hay decenas de facturas que apenas sobrepasan los diez euros, pero que se repiten mes tras mes. Al desayuno, de aperitivo, a la merienda y, las menos, en horario nocturno. Hay una factura de las 21.42 la noche con un combinado, una clara y una tónica. Dos cafés en Matogrande, dos euros. Dos irrisorios euros que no salen de su bolsillo sino que pagan los cambreses. Un café en Riego de Agua, 1,7 euros. En la zona de la plaza de Ourense o en el Cantón Grande, también hay varias notas que no superan cinco euros.

. Helados. Hay que estar fresquito para ejercer bien la labor de edil. El Concello le reintegra una consumición de 6,8 euros de dos cucuruchos y un refresco, el 17 de mayo en una heladería de sada. Dos días antes pasó uno de la Colón de tres euros.