Los tres jóvenes que arrancaron la "L" del topónimo floral que estaba instalado en Alfonso Molina fueron condenados a pagar al Ayuntamiento una indemnización de 200 euros. El magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña, José Antonio Vázquez Taín, también impuso a cada uno de los procesados el pago de una multa de 120 euros por cometer una falta de daños. "Los acusados invocan de forma subliminal que su intención era reivindicativa, pero tal alegación ha de desestimarse por lo absurdo de su razonamiento. En tal sentido podría justificarse cualquier acto con la intención de reivindicar una causa justa. Cualquier causa puede defenderse, pero dentro de cauces legales", subraya el juez en la sentencia.

"No estaba justificado lesionar un bien jurídico como es la propiedad ajena para defender un topónimo, tal y como demuestran las numerosas manifestaciones que cada año efectúan en defensa de la legalidad en la denominación de A Coruña", argumenta el fallo, en el que el juez destaca que los procesados admitieron "espontáneamente" a los agentes que los identificaron que habían sido ellos los que habían arrancado las plantas. Los condenados, además, les dijeron a los policías que lo habían hecho para reivindicar el topónimo A Coruña como el "único legal".

Los jóvenes, dos hombres y una mujer, negaron durante el juicio su participación en los hechos. Los acusados aseguraron que en las declaraciones que prestaron en el Juzgado de Instrucción admitieron haber arrancado la "L" porque así se lo aconsejó la abogada que los asistió. "Siete meses antes de que la letrada les aconsejase un suicidio colectivo en defensa de la causa, los acusados espontáneamente habían manifestado su autoría a los policías", subraya el magistrado, quien opina en la sentencia que el cambio de testimonio de los perjudicados resulta "poco creíble".

"Ni la confesión parece idea de un tercero que les aconsejase mal ni los acusados eran unos pobres ignorantes totalmente desinformados que desconocían siquiera de qué se les acusaba, dado que el padre de uno de ellos les acompañó como letrado", sostiene. El juez considera probado que los condenados arrancaron la "L" del topónimo floral de Alfonso Molina sobre las dos de la madrugada del día 19 de noviembre de 2005 cuando pasaban por allí después de asistir a una fiesta celebrada en la Universidad de Filoloxía.

El representante del Ministerio fiscal solicitaba en su escrito de acusación que los imputados, que en el momento en el que sucedieron los hechos tenían entre 20 y 23 años, fuesen condenados a pagar una multa de 4.800 euros y a un año y seis meses de prisión. La Fiscalía, además, exigía al magistrado del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña que les impusiese el abono de una indemnización de 4.595 euros al Ayuntamiento.

El abogado del Concello, que ejercía la acusación particular, demandaba la misma condena que el Ministerio público. La imposibilidad de constatar cuántas flores había y cuántas fueron arrancadas llevó al juez a guiarse para emitir el fallo por el informe más favorable para los procesados, por lo que les impuso el pago de una indemnización de 200 euros.