La asociación de hosteleros de la provincia, tras analizar los datos de un estudio elaborado a nivel estatal que se basó en los resultados de la ley antitabaco en Irlanda, calcula que el sector registrará unas pérdidas de entre un 40% y un 45% debido a la prohibición de fumar dentro de bares, cafeterías y restaurantes.

"Para las personas fumadoras, el pasarlo bien incluye la posibilidad de fumar. Los hosteleros han podido comprobar que, cuando esto no es posible, tienden a buscar otros espacios de socialización, principalmente los propios domicilios", explica el presidente de los hosteleros de la provincia, Héctor Cañete.

Los hosteleros explican que las restricciones han tenido efectos devastadores en todos los países en los que se han aplicado. Uno de los ejemplos que menciona el presidente provincial, Héctor Cañete, es el de Reino Unido, donde más de 3.000 pubs cerraron sus puertas en los últimos tres años debido a una ley contra el tabaco que comenzó a aplicarse en el año 2007 y que ni siquiera es tan rigurosa como la que ha diseñado el Gobierno de España.

Las estadísticas de Irlanda, país en el que en 2004 se prohibió fumar en todos los locales de hostelería, son todavía más desalentadoras. El estudio en el que basa sus críticas la asociación de hosteleros concluye que el 24% de los bares y el 8% de los restaurantes irlandeses desaparecieron desde la fecha en la que comenzó a aplicarse la ley.

La asociación provincial considera que el Gobierno está a tiempo de dar marcha atrás, algo que ha ocurrido en países como Croacia, donde las críticas de los hosteleros consiguieron que las autoridades renunciasen a aplicar una normativa muy similar a la que ha levantado la polémica en España.

"Croacia dio marcha atrás ante la implantación del modelo irlandés, al darse cuenta el Gobierno de que la prohibición total supondría la ruina para la economía de un país que, como España, depende en gran medida del turismo", comenta Héctor Cañete.

Los hosteleros recuerdan que lo que les preocupa de la nueva ley es que sus locales se queden sin clientes y no la imposibilidad de vender tabaco, algo por lo que, según aseguran, perciben pocos ingresos.

"La venta de tabaco no es negocio para el hostelero, porque se tendrían que vender 1.000 cajetillas de tabaco, venta mensual inalcanzable para la mayoría de los bares, para obtener un margen bruto de 150 euros", informa el estudio sobre la ley antitabaco encargado por el sector.