"Alguien me ha preguntado esta mañana por qué hemos retirado la estatua con nocturnidad. Creo que (las siete de la mañana) es la hora normal de comenzar a trabajar los viernes. Es la misma nocturnidad con la que los niños van al colegio". El concejal de Rehabilitación Urbana, Mario López Rico, que asistió al destronamiento de Millán Astray, se afanó en cortar de raíz cualquier suspicacia sobre la hora elegida para retirar la estatua y alegó que ésta vino impuesta por el horario laboral en la construcción, no por el deseo municipal de evitar que el traslado de la efigie se realizara entre manifestaciones de partidarios y detractores del militar golpista.

Los operarios comenzaron a trabajar a las siete de la mañana, dos horas antes del amanecer, y remataron con la primera luz diurna. El grueso de la tarea se efectuó con iluminación artificial. Según López Rico, el sector de la construcción adelanta su horario laboral a las siete de la mañana todos los viernes.

También el alcalde, Javier Losada, huyó de segundas interpretaciones y presentó la retirada de la estatua de Millán Astray como un ejemplo de "normalidad". "Se ha hecho -indicó- siguiendo lo que dije, que aprovecharíamos la gran transformación de As Atochas y la plaza de España para cumplir lo que dice la ley, que es que en las calles de España no puede haber ninguna simbología que establezca relación con aquellos que subvirtieron el orden constitucional en 1936".