Todo está a punto para que, antes del verano, las playas de Riazor y el Orzán se unan de nuevo, las olas pierdan bravura y los bañistas coruñeses dispongan de unos metros más donde ubicar sus toallas, tarea ardua en los días en que el sol se muestra sin reservas.

Los pasos previos para el relleno de las playas ya se han dado y la arena espera a medio camino entre su origen y su destino a que la draga la integren en los arenales del Orzán, Riazor y Matadero. El muelle del Centenario y el de Ferrol guardan, entre ambos, un total de 100.000 metros cúbicos de arena que una draga pasará a recoger para después bombearlos a las playas a través de tubos, de los que ya se está haciendo acopio. La del Orzán, que será la primera, tendrá que esperar a que la embarcación responsable de su regeneración llegue, la próxima semana. La siguiente será la del Matadero, en la que se empezará, aproximadamente, en Semana Santa. Cuando las dos primeras playas hayan recibido la arena que les corresponde, le tocará el turno a la de Riazor.

Los trabajos de regeneración de las playas durarán alrededor de tres meses -incluido el tiempo que los encargados de su planificación, muy previsores o, al menos, conocedores de los caprichos de las aguas gallegas, han reservado a posibles inclemencias del mar- y se realizarán de modo que no coincidan todas las playas cerradas. Aunque la duración prevista en los primeros plazos de ejecución era de más de un año, el almacenamiento de la arena en el muelle de Ferrol y el del Centenario permite que su transporte sea más rápido.

Las arenas de Riazor y Orzán ya habían recibido refuerzos antes. En 1993, la arena se mudó a A Coruña desde la ría de Ares después de que los bañistas protestasen por los áridos artificiales que habían llegado de Vimianzo en 1989. La arena que en breve engrosará las playas coruñesas procede también de Vimianzo, aunque en esta ocasión ha sido lavada.

El proyecto del Ministerio de Medio Ambiente cuenta con un presupuesto de 8,5 millones e incluye la ampliación del carril bici entre la Casa de los Peces y el obelisco Millennium.

El responsable de la Demarcación de Costas, Rafael Eimil, explica el punto en que se encuentran los trabajos de relleno de las playas y asegura que se han calculado tiempos de espera en previsión de posibles días en que el mar les dificulte la tarea.

-¿Cómo van las obras para el relleno de las playas?

-Estamos acopiando tubos, que se depositan en la playa para, luego, soldarlos y conectarlos a la draga. Son tubos rígidos y van pegados al suelo, excepto los que suben a la playa y a la draga, que son flexibles. La draga estará a unos 150 o 200 metros de la playa. Una vez que se hayan conectado, empezarán a mover la arena, y la que fue empujada contra el muro del paseo marítimo se colocará encima. De la arena de relleno, parte está depositada en el muelle del Centenario y parte, en Ferrol. Entre los dos muelles, la arena suma un total de 100.000 toneladas. La draga cogerá la arena de los puertos, se conectará al tubo y se impulsará luego hacia la playa.

-¿Puede haber retrasos debidos al mal tiempo?

-Esperemos que no se retrase. Hemos hecho cálculos para tener algunos tiempos de parada. A partir del 15 de abril suele haber buen tiempo. Me refiero al tiempo marítimo, a la dinámica del litoral, del mar, porque que llueva no nos preocupa. Hemos calculado un tiempo de espera.

-¿Es posible que los coruñeses se queden sin playas algún día durante las obras?

-No, porque nunca van a estar cerradas todas. Mientras no acaben en las playas del Matadero y Orzán, no se empezará en Riazor, que se dejará para mediados o finales de abril. Lo vamos a hacer no cerrando todas a la vez.

-Una plataforma se ha movilizado por considerar que la regeneración de las playas perjudicará al medio ambiente. ¿Se dañará la biodiversidad?

-No perjudica a la biodiversidad porque tenemos controles de calidad. Además, la biodiversidad existente ahora en las playas surgió en la arena del relleno de 1989. Esa arena estaba sin lavar y salió la biodiversidad, y la de ahora está lavada y tiene menos finos en suspensión, así que no perjudicará.

-Los detractores de estos trabajos creen probable que un temporal fuerte se lleve la arena y, por tanto, consideran el relleno tirar el dinero.

-Yo estuve en las obras del año 1988. Hubo cientos de temporales desde entonces y no se la han llevado. No entiendo que digan eso porque, antes de regenerarla, no había playa en el Orzán. La gente no tiene memoria histórica. Antes del relleno de 1989, el Orzán era una escollera llena de ratas. Esta arena se regeneró hace veinte años.