La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, aprovechó la mañana de ayer para visitar los lugares en los que su departamento ha efectuado alguna inversión recientemente. También fue una manera de conocer la herencia que su predecesor en el cargo, César Antonio Molina, le dejó en la ciudad. Comparada con la visita del martes a Santiago, donde firmó con la Xunta un convenio para la reforma del Pórtico de la Gloria, la estancia de González-Sinde ayer en A Coruña sirvió poco más que como una ronda de encuentros con los responsables municipales y de las principales instituciones culturales de la ciudad. El que mejor lo resumió fue el presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luis Méndez Ferrín, quien reconoció que el paso de la ministra por la sede de la calle Tabernas fue tan sólo una oportunidad para "saludar a una señora agradable".

Méndez Ferrín recibió a la ministra y la obsequió con un ejemplar original del primer diccionario elaborado por la academia. En el horizonte estaba la posible financiación de la entidad con fondos procedentes de Cultura. González-Sinde, sin embargo, se encargó de recordar que las subvenciones a las academias son responsabilidad de Educación. "Está prometido que la Real Academia Galega entrará en los presupuestos", se resignó Méndez Ferrín.

La responsable de Cultura se acercó a la institución de la lengua inmediatamente después de comparecer en compañía del alcalde en el Palacio Municipal de María Pita, donde firmó en el libro de oro del Ayuntamiento. Javier Losada fue el encargado de ejercer como anfitrión durante toda la visita, a pesar de que entre los colaboradores de la ministra figuran antiguos responsables culturales de la ciudad, como Félix Palomero, ex gerente del Consorcio para la Promoción de la Música y actualmente director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música.

En su recorrido por la ciudad, la mayor parte de él a pie, González-Sinde tuvo oportunidad también de comprobar cómo se ha empleado el dinero comprometido por su ministerio para la reforma del Teatro Rosalía. Allí se sumó a la comitiva la concejal de Cultura, María Xosé Bravo, la única edil del BNG perteneciente al Gobierno local que acudió a la recepción oficial en el Ayuntamiento. La ministra de Cultura se acercó también hasta la Real Academia de Bellas Artes, la Torre y el centro cívico del barrio de Labañou, donde su departamento ha contribuido a mejorar los equipamientos escénicos. González-Sinde se desplazó por último a las instalaciones de Inditex en Sabón.