La monitora de la clase de natación durante la que falleció un niño de cuatro años y el socorrista de la piscina del colegio Liceo la Paz son los únicos imputados por la muerte de Diego Novo. Así lo determinó la juez que investigó los hechos, quien decretó el archivo de las actuaciones contra el encargado de coordinar las normas de uso de la piscina. La magistrada exime de culpa a los propietarios del centro, al director, al administrador y al jefe de estudios, pero el abogado de la familia de Diego Novo, José Luis Gutiérrez Aranguren, presentó un recurso para exigir la imputación de los directivos del colegio.

"Las personas bajo cuya vigilancia se desarrolla la clase de natación de este grupo y bajo cuya supervisión se hallan los menores en el recinto de la piscina, y en concreto Diego Novo, son la monitora y el socorrista", sostiene la juez, quien asegura que los dos imputados pueden ser responsables de un delito de homicidio por imprudencia, que está castigado con penas que oscilan entre uno y cuatro años de cárcel.

La juez destaca en el auto que la monitora se ausentó para ir al baño entre las 10.29 y las 10.37 horas, según el reloj de la cámara que graba parte de la piscina. La imputada, según el escrito, no avisó al socorrista ni a la otra monitora que estaba en la piscina de que iba a abandonar el recinto. Tanto en la declaración que prestó en comisaría como ante la juez la profesora aseguró que en ningún momento salió de la piscina, pero un vídeo demostró que no había sido así.

"A su regreso ayuda a un niño rezagado del grupo y después espera cerca de la puerta de vestuarios. Dentro ya está el socorrista en las duchas con ellos. Cuando sale el socorrista ambos comienzan a caminar y se percatan de que en el fondo de la piscina hay un niño, tumbado boca abajo. Se lanzan a la piscina, lo sacan y la monitora comienza a reanimarlo mientras el socorrista corre a las oficinas para dar el aviso", relata la magistrada en el auto, en el que afirma que el personal sanitario del 061 llegó "a los pocos minutos".

Los médicos trataron de reanimar a Diego durante unos cincuenta minutos, pero no pudieron hacer nada por salvarle la vida. El doctor que atendió al niño aseguró durante la declaración que prestó ante el Juzgado de Instrucción número 3 que el niño estuvo, al menos, diez minutos bajo el agua. El médico llegó a esta conclusión porque afirmó que cuando una persona lleva menos de diez minutos en parada respiratoria lo habitual es que sobreviva. El especialista también determinó que Diego estuvo bastante tiempo bajo el agua por la temperatura y el color de su cuerpo.

La monitora imputada por la muerte del niño se hizo cargo de la clase el día en el que sucedieron los hechos, el 30 de marzo de 2009, porque la profesora que normalmente impartía las clases de natación recibió permiso de la dirección para marcharse del centro. La joven insistió durante las declaraciones que prestó ante la juez que ella entendía que no era la responsable de la clase del niño fallecido y que tendría que estar controlada por el socorrista, quien negó esa responsabilidad. Las explicaciones que dieron los imputados no lograron esclarecer lo que sucedió en la piscina. Ambos suponen que el menor salió de primero del agua y en lugar de ir a los vestuarios se fue al cuarto de baño, pero ninguno recuerda el momento en el que Diego Novo salió de la piscina y abandonó el recinto.

Ni la monitora ni el socorrista recuerdan haberle dado permiso al niño para ir al baño. Los imputados aseguraron que tampoco se acuerdan de haberle sacado la burbuja al menor aunque todos los testigos que declararon durante la investigación de la muerte de Diego Novo manifestaron que es imposible que un niño de cuatro años se retire solo el flotador.

La familia del niño pequeño exige responsabilidades a los directivos del colegio. El letrado que ejerce la acusación particular denuncia que la juez no argumenta por qué excluye de su imputación a los propietarios del Liceo la Paz, al director técnico, al administrador y al jefe de estudios. "El fallecimiento del menor Diego Novo Anido ha sido consecuencia de una concatenación de múltiples y gravísimas negligencias de las que han de responder no sólo las personas que se encontraban directamente a cargo del grupo de niños al que Diego pertenecía, sino también aquellas otras que de una y otra manera han omitido los más elementales deberes de cuidado y vigilancia", subraya Aranguren en uno de los escritos en los que solicita a la juez que llame a declarar en calidad de imputadas a las personas que están al frente del centro.

El abogado de los padres del niño alega que los responsables del colegio no tienen "el menor control sobre cómo se desarrollan las clases de natación" y que no dotan "a las clases del profesorado suficiente para una debida atención". El letrado recalca que los directivos del Liceo la Paz han incurrido en numerosas "contradicciones" durante las declaraciones que prestaron como testigos y exige que sean imputados al igual que lo son los empresarios cuando hay un accidente laboral en alguna compañía.